— ¿Noel?— pregunto en cuanto subo las escaleras para llegar a la habitación de mi hermano— Noel, ¿estás allí?
La puerta se abre de golpe; el pecho desnudo de mi hermano me saluda mientras suda como una bestia por estar haciendo pesas con botellas de agua del supermercado. Yo levanto una ceja en su dirección y luego clavo la mirada encima de la persona que está detrás de él; Maia esboza una media sonrisa después de haber estado riendo por algo que obviamente no soy capaz de comprender.
— ¡Hey, Valerie!— murmura Noel animado en medio de jadeos— ¿qué tal te fue con Jude?
— Me fue bien— carraspeo. Él asiente y me observa como si estuviera esperando que yo le diga algo— oh— sacudo el rostro— sólo venía a avisarte que ya llegué a casa.
— Genial— arrastra un poco la voz.
Noel está a punto de cerrar la puerta cuando pongo el pie debajo para evitarlo. Él frunce el ceño confundido y la vuelve a abrir de golpe para mirarme con cara de ¿qué-más-podrías-necesitar-de-mí?
— Maia— intento que no se note el nerviosismo que reina en mi tono de voz. Noel se gira hacia la muchacha, quien tiene los ojos abiertos en mi dirección como dos enormes platos— ¿crees que podamos hablar durante un segundo?— me atrevo a preguntar.
Maia se levanta en menos de lo que soy capaz de volver a respirar y camina en mi dirección asintiendo con el rostro; ella cierra la puerta de Noel y me sigue por el pasillo hasta mi habitación. Una vez que estamos adentro, no puedo evitar sentirme nerviosa por estar completamente a solas con ella en ese lugar.
— ¿Vas a terminar conmigo?— es lo primero que pregunta. Yo frunzo el ceño confundida y suelto una pequeña risa por lo bajo a la que ella se une— lo lamento— murmura— por un segundo entré en pánico.
— No deberías— le aseguro, dejando caer mi peso encima de la cama y dando pequeñas palmaditas en el colchón para que ella me acompañe— sólo quiero hablar sobre algo que Aria mencionó.
Maia abre los ojo con sorpresa y comienza a negar eufóricamente con el rostro.
— Te lo juro por mis cinco primeras canciones favoritas, Val— murmura ella sentándose a mi lado— sólo bebimos un café y...
— Ya lo sé— la interrumpo de golpe antes de que su entrada en pánico se convierta en un ataque de nervios— Aria llamó a Jude cuando terminaron su cita.
Maia asiente.
— ¿Y...?
— Y creo que deberías ser sincera con ella, Maia— opino. La muchacha deja caer su rostro encima de las palmas de sus manos en modo de negación— deberías pedirle mañana que hablen y decirle que no quieres nada con ella.
— ¿Qué fue lo que dijo?— pregunta intrigada sin mirarme todavía.
— Quiere que te pregunte si estás interesada en ella— confieso— así que...— me quedo pensativa durante unos cuantos segundos— ¿lo estás?
Maia frunce el ceño.
— ¿Estás de broma?
¿No?
— No, Valerie— sentencia— no, no, no. Un millón de veces no. No estoy interesada en Aria ni en ninguna chica que no se haya desmayado en su competencia de atletismo y odie los Froot Loops de color azul.
Yo suelto una enorme carcajada a la que Maia se une. Lentamente puedo notar la manera en la que la yema de sus dedos se acomoda en mi mejilla para acariciarla.
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La chica nublada
Teen FictionValerie cree que Maia tiene una novia, pero no le pregunta porque no es de su incumbencia. Además, es la mejor amiga de su hermano. Y la conoce desde que eran niñas. Y sus padres la tratan como si fuera de la familia. Incluso para la última navidad...