Los Imanes. (Furry/Yaoi)

63 - Interrupción

-Pero el profesor es uno de los encargados del festival y por lo tanto también es uno de los encargados de no solo nuestro si no también de todos los salones.

El goldador rio. -Piña Ce, no voy a robar nada ni me voy a robar una banca. Solo necesito mi mochila para buscar a Jaime e irme de aquí.

-Lo siento. -Piña Ce se cruzó de brazos. -Si no tengo una autorización del profesor sobre la entrada de alumnos a los salones, no puedo dejarte pasar.

El goldador frunció su ceño. -Y bueno... ¿Tu quien eres del profesor para haberte encargado eso a ti?.

La coneja alzó sus hombros. -Eso yo no lo sé. Y mira finalmente el que está perdiendo el tiempo, eres tú, cuando es más fácil ir con Fhill y pedirle permiso para pasar finalmente por tus cosas.

-Ay mierda... -Susurro. -Entonces regreso. -El goldador se dió la vuelta molesto y se fue directo nuevamente al festival para buscar al profesor.

Piña Ce suspiro para aliviar toda su tensión.

Se había desecho de Uriel pero solo era momentáneo.

El regresaría tarde o temprano por sus cosas y el problema es que ahora sí no tenía una nueva excusa para cuando se enterara de que Fhill no dió ninguna orden de nada.

—¿Pero que hago?. —Se preguntó a si misma. —¿Les tocó despacito y les aviso que alguien va entrar?. ¿Les gritó que salgan de una vez por todas de ahí?. ¿Es que por qué tengo que terminar algo que está... Bueno?. —Se lamento avergonzadamente. —Tengo que hacerlo antes de que se arme un verdadero escándalo.

La coneja suspiro y se dispuso a tocar la puerta fuertemente para ser escuchada, pero antes de que su mano llegará a la madera, la puerta se abrió dejando atrás a un Lobo que se estaba asomando.

Luis miro a Piña Ce. —¿Ya se fue?.

—¿Uriel? —Preguntó algo confundida.

—Pues si mensa, ¿O quién más estaba aquí?.

—Nadie, nadie... Solo el.

—Bien. —Luis termino por abrir la puerta y detrás de el, salió Jaime bastante avergonzado.

—Tengo que ir al Festival antes de que Uriel me siga buscando. —Dijo mientras comenzaba a dirigirse al polideportivo.

—Zorro. —Nombró Luis.

—¿Si?.

—Recuerda contestarme los mensajes cuando llegues a casa.

—Seguro. —El zorro le sonrió y ahora sí, se dirigió al polideportivo.

Piña Ce cruzó sus brazos.

—¿Me puedes explicar que paso allá dentro?

—Es una larga historia coneja... Desde que somos amigos.