Los Imanes. (Furry/Yaoi)

64 - Ayer

Luis G.OD: Jaime

Si?...

Te quiero mucho ♥️

Yo también ♥️.

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—Y cuéntame, ¿Cómo has estado?. —Pregunto Esther al zorro que en un principio, le había hablado para preguntarle sobre el seguimiento de unos trámites que estaba solicitando.

—Bien, bien. —Confeso algo indiferente. —Cada vez la carrera me estresa más... Pero fuera de eso, supongo que bastante bien.

—Ya... —Respondió la coneja. —A mi igual me estresa bastante la carrera, pero se cómo relajarme.

—¿A si?. —El zorro se sorprendió. —¿Cómo?.

—Pues si, mi calma tiene dos nombres. Martin y cojer.

—¡Coneja!. —El zorro se sonrojo por el atrevimiento.

—¿Que?. —Esther comenzó a reírse. —De verdad es un calmante.

El zorro también comenzó a reírse. —No puedo estar más de acuerdo contigo.

La risa de esther comenzó a esfumarse lentamente. —¿Seguro?

—Totalmente. —El zorro aseguro. —Si te da un respiro eso.

La coneja se quedó pensativo por algunos momentos. —¿Y tú cómo sabes eso Jaime?.

—¿Pues como no voy a saber si...

Ahí fue cuando Jaime cayó en cuenta que la coneja no sabía de la cantidad de veces que había tenido intimidad con el lobo.

Ni siquiera contando la que ayer había tenido.

El zorro no pudo emitir palabra alguna y eso duro algún tiempo.

—Andale... Maldito zorro. ¡Con que usted ya hizo esas cosas del diablo y no me había dicho!.

—¡No, no!. —Respondió de inmediato Jaime y muy sonrojado. —Yo...

—¡No me lo niegues!. —Esther interrumpió. —Quiero que me cuentes todo. —Dijo muy ilusionada a pesar de que si le molestaba un poco el echo de que no le haya contado. —Cuentame todo... ¿Pero eso significa que tú y yo el goldador ya son novios no?.

—¿El goldador?. —Jaime cerró la puerta con seguro de su cuarto.

—Pues si. —Rió Esther. —Tu ligue más perfecto.

Jaime suspiro. —Ay... Es que... —Guardo silencio por algunos segundos.

—¡Es que que!.

Jaime nuevamente suspiro. —No fue con el.

—¡QUE!. —La coneja soltó un grito que casi aturde al zorro. —¿Y que estás esperando que no cuentas nada?.

—Em...

—¡No! Espera... —Interrumpió nuevamente Esther. —Dejame adivinar... ¡Luis!.

El zorro rio. —Ay...

—¡Pero si yo no sé que hago preguntándote si lo sabía desde el principio! —Grito de emoción la coneja. —Era tan obvio... ¡Siempre fuiste obvio!. —Dijo la coneja bastante emocionada.

—¿En serio?.

—¡Si! Por dios, por eso te costó tanto olvidarlo... Pero Jaime, ¡te estas tardando en contar cómo fue eso!.

—Entonces tengo que contarte lo que pasó ayer...