Los Imanes. (Furry/Yaoi)

67 - Plan Arruinado

—No lo puedo creer. —Uriel se encontraba angustiado.

—Te dije que si ese Lobo por azares del destino regresaba, te iba a destrozar todo el plan. —Dijo la especie que entrego la evidencia.

—¿Y los viste haciendo más cosas?. —Pregunto molesto el Goldador.

—Un par más de abrazos, un par más de besos...

Uriel azotó las fotos contra su mesa.

—Ese... Me dijo que iba a encontrarse con su amiga Esther...

—Lastima que se su amiga se convirtió en lobo. —Se burló.

Uriel negó. —Pensé que lo estaba haciendo bien, pensé que ya lo tenía en mis manos... ¿Ahora como voy a lograr que acepte trabajar en mi disquera?. —Se pregunto preocupado.

—¿En serio no hay otra forma de atraparlo?.

Uriel suspiro.

—Jaime... Tu y yo sabemos muy bien que tienes potencial, puedes sacar a flote tu talento y al mismo tiempo, ¡Puedes ganar dinero con ello!, ¿Que dices? ¿Aceptas firmar un contrato con panoramic?

El zorro esbozo una sonrisa y bajo la mirada. —Todo está muy bien Uriel... Y claro que quiero ganar dinero. Pero aún estoy muy joven, no he terminado ni mi carrera de piano y eso me compromete al grado de tener que dejarla.

—Es que no tienes que hacerlo. —Interrumpió Uriel.

—Claro que tengo. —Prosiguió Jaime. —Tu me lo dices para que acepte, pero conozco bien los funcionamientos Uriel y por el momento quiero terminar mi carrera y aclarar bien si lo que quiero, es cantar y unirme a tu disquera. ¿Podría ser como Vraty o Rutsi, la ola independiente...

—Trate de convencerlo hasta el cansancio, pero no funcionó.

—Tienes la mala suerte de que el zorro se mantuvo enamorado todo este tiempo. —Dijo Mike con un tono de burla.

—Cállate maldito pecho azul. —El enfado de Uriel crecía. —Si tan solo pudiera eliminar al lobo del mapa... Si tan solo pudiera hacerle ver a Jaime que Luis es un maldito lobo mujeriego que solo quiere noches de diversión y cuando se trata de responsabilidades huye...

—¿Por qué no simplemente se lo dices y ya? —Mike caminaba por toda la oficina de Uriel. —He de suponer que después de lo que el mismo observó con sus ojos, tendría que tenerlo muy presente.

—¿Tu crees que soy idiota?. —El goldador se sentó en la silla de su escritorio. —Claro que se lo voy a decir... Pero necesito darle una muestra física... —Uriel comenzó a pensar en un plan. —Y se perfectamente quien me puede ayudar.