Los Imanes. (Furry/Yaoi)

41 - Cerca

—Ay mierda. —Expresó el zorro molesto. —Ahora voy a tener que...

—No te preocupes. —Hablo el lobo. —te puedo prestar la mía si quieres.

—Bien. —Jaime ubicó el lapicero de Luis. —Entonces lo tomaré.

—Te lo puedo pasar si quieres.

Tanto Jaime como Luis se acercaron a lapicero al mismo tiempo.

Su reacción de rapidez hizo que el roce de sus manos fuera inevitable.

Cuando eso sucedió, los dos se miraron fijamente y gracias a que se habían acercado, sus rostros se encontraban relativamente cerca.

El zorro había sido silenciado por los labios del lobo que ahora rozaban los suyos.

Aunque inmediatamente se alejo. —¡Pero que haces!. —Jaime lo aparto, se alejo y se cubrió su boca sonrojado.

Luis sonrió. —Te enseño a besar.

El corazon del zorro comenzó a latir rápidamente y pequeñas cosquillas corrían por sus labios.

Luis volvió a acercarse. —Imita lo que yo hago. —Quito las manos de Jaime y luego tocó su rostro.

Jaime se alejo rápidamente apartando la mirada del lobo.

Luis por su parte frunció el ceño y después cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo.

Termino sonrojado.

Estado en el que también se encontraba el zorro.

—¿Por qué en este momento tenía que recordar eso?. —Se pregunto Jaime en su mente queriendo desaparecer del mundo.

—Ammm. —El lobo tomo el lapicero y lo puso a un lado de la hoja. —Aqui está. —Soltó una risa desbordandote de nervios.

—Si, si. —Agradeció mirando el papel de una forma exagerada. —Gracias.

El zorro puso su nombre y después, puso el del lobo.

Luis entrecerró sus ojos. —No sabía que conocías mi nombre completo. —Dijo sin pensarlo.

Eso colapso aún más al zorro que, sin poder reaccionar adecuadamente, comenzó a guardar su libreta, la hoja y se levantó de la mesa donde estaban trabajando.

—Bueno... Bueno. —Se le escuchaba bastante nervioso. —¡Por fin! Terminamos el trabajo. —rió. —A mi se me hace muy tarde para llegar a mi casa, así que tengo que irme.

—Pero...

—¡Nos vemos!, Te mando una foto de la hoja para que lo tengas como respaldo.

—Adios...

Pero Jaime camino tan rápido que ni siquiera escucho la despedida de Luis.

Luis sacudió su cabeza para asimilar más rápido lo que había sucedido.

—Tenia tiempo que no estaba tan cerca de él. —Pensó el lobo. —Había olvidado lo bonito que era su rostro... —dijo en su mente mientas su imagen seguía plasmada.