Capítulo 80

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Soojin.

― ¿Entonces quieres que diga esto? ―Shuhua tenía los ojos entrecerrados mientras se enfocaba en las cortas líneas de la tarjeta que Soyeon recién le había dado.

―Dijiste que querías saber lo que haríamos en el juicio, ya lo sabes ―Soojin dijo desde la ventana entre abierta por donde veía a los concejales, que habían salido al frío a fumar sus pipas como los viejos amargados que eran. Los demás visitantes e invitados esperaban en salones y bibliotecas, tuvieron un momento para comer y ahora se refugiaban del implacable frío junto a las chimeneas que los soldados mantenían ardiendo.

―Con todo respeto, ustedes dos están locas. Yo solo quiero que sepan que esto pondrá todo de cabeza en ese salón, habrá pánico ahí adentro ―Shuhua volvió a releer el papel, sus manos enguantadas parecían titubear tanto como su voz.

Soojin quiso reír al encontrarse con la mirada de la reina Soyeon, quien hasta ese momento se había mantenido fortalecida, una verdadera reina no se dejaba afectar por provocaciones risibles y eso justamente era lo que la reina de Hwangpye había hecho. Al verla así de imponente Soojin se daba cuenta que aquel plan era adecuado, ninguna otra reina habría tenido la fuerza para enfrentarse a lo que estaban por hacer.

―Ellos te han perseguido cruelmente desde tu coronación, han sugerido cambios en tu forma de vestir, actuar y pensar ―Soojin se acercó al escritorio ignorando a Shuhua que seguía silenciosa―. Te han comparado con tu padre, han ofendido a tu madre, te han amenazado con quitarte el trono si no te casas, si no haces lo que ordenan. Eres una reina, no una jovencita que puedan controlar y merecen esto, lo han buscado con sus actos, cada una de las ofensas de esos hombres son pasos hasta este desenlace.

Con sus palabras, Soojin pudo ver como Soyeon se erguía más y más. Aquel día lucía cómo una obra de arte en aquel vestido dorado y en sus manos, las garras destelleaban infames cuando las flamas de los candelabros las iluminaban.

―La reina Soojin tiene razón ―Shuhua dijo desde la silla―. Ellos buscaron esto, ellos te empujaron a ser así de extrema. Creo que, si dicen que estás loca, entonces es hora de que vean cuán loca estás. Al menos no irás ahí con tu arco y tus flechas, ¿o sí?

Soyeon negó con la cabeza tomando un trago del vino en su copa, aunque Soojin pensó que la idea no era tan mala, de todas formas, harían algo tan arriesgado que como Shuhua dijo, lo podría todo de cabeza. El mundo sabría que ellas jugaban para ganar.

―Cuando enviaste los libros al buque en mi camino a Hwangpye, creí que eras una mujer extraña ―Soojin le sostuvo una mano a la reina, la rubia negó divertida por su confesión―. Después abrí los libros en silencio, rodeada de madera crujiendo contra las olas y me di cuenta que no eras nada más que extraordinaria.

Soyeon tomó una honda respiración enfocada en sus ojos, Soojin vio a una mujer poderosa siendo humilde ante un halago honesto. Con razón la guardia roja le era tan leal.

― ¿A qué se refieren? ―la dama de cabello lizo las vio parpadeando confundida.

― ¿Recuerdas los libros que te pedí que trajeras desde la ciudadela tiempo atrás? ―Soyeon preguntó relajada y Shuhua cambió su semblante al instante, había una buena historia detrás de eso, Soojin estaba segura. Así que tomó asiento, la gente que fue a verlas despedazar al concejo podía esperar un poco más.

―Me amenazaste con ir a los calabozos, como siempre ―Shuhua la vio mal y Soojin se preguntó cómo era que seguía con vida siendo así de insubordinada―. Fui por los libros y en mi regreso al carruaje intentaron asaltarme, conseguí defenderme, pero por unos segundos me sentí horrorizada. Creo que no iré a ese lado de la ciudadela jamás.

Six Lions 👑 G-IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora