Six Lions 👑 G-Idle

Capítulo 52

Minnie

El cabello de Minnie ondeaba en su espalda al avanzar, el de Yuqi parecía tener vida propia cuando salía despedido por todas partes por culpa de la ventisca, era gracioso y cuando la comandante se dio cuenta que su grupo se reía de ella, los hizo correr por un sendero cada vez más oscuro y congelado. Debían pensar rápidamente y calcular bien donde pondrían sus pies al saltar ramas o rocas porque todo estaba cubierto de hielo, era tan resbaloso que Minnie se preguntaba cómo era que aún no se rompían el cuello.

En un giro muy complicado, Yulk la rebasó sin problema y ella le hizo una mueca que prometía venganza, el soldado rojo se alejó riéndose.

Aquella mañana Yuqi había convocado a su grupo, los 26 soldados del castillo se presentaron ante ella en las escaleras de la entrada principal, el sol apenas salía cuando ella los encontró medio dormidos, unos apoyados en otros.

―Oh pero que vergüenza, son un grupo asqueroso, de verdad ―Yuqi vio la barba de uno de los soldados, goleó la pierna extendida de otro y le pinchó la panza a otro que bostezaba vulgarmente ―Solo nueve de ustedes tiene un poco de mi respeto, los demás... bueno digamos que tendrán muchos turnos montando guardia en el invierno. Incluso podrían bajar a limpiar las cuevas, así que arriba, ¡Vamos inútiles! Hoy correremos...

Todos los soldados en el grupo se quejaron en voz alta, incluso hubo quejidos y gimoteos. A nadie le gustaba correr por los senderos del castillo, los bosques en esa época del año eran trampas mortales que deberían evadir con tanta rapidez como fuese posible, porque Yuqi era así de inalcanzable en una carrera y porque ella pedía soltar los perros minutos después de que ellos empezaban la carrera. Sería riesgoso si los perros fuesen feroces cazadores, lo que no eran. Los perros de la reina eran enormes animales peludos que en el invierno recorrían las propiedades circundantes del castillo con suma libertad, los perros amaban perseguir a las personas para ser mimados y en una carrera, los hermosos animales eran extremadamente rápidos, cuando atrapaban a una persona saltaban encima de ellos y les llenaban de babas. Considerando que el sendero era una trampa mortal, ninguno de ellos quería ser detenido por uno de los perros adorables a media carrera.

El objetivo de aquella carrera matutina era sobrevivir a los senderos resbalosos, no quedarse al final y evitar besos de perro. Realmente simple. La dificultad se presentaba cuando los soldados estaban adormilados, cuando la lluvia mañanera los hacía tiritar y cuando la comandante los retaba con insultos siempre a la cabeza del grupo, lo que les motivaba a competir unos contra otros. Maldita Yuqi, era maravillosamente malvada.

Con una gran sonrisa, Minnie volvió a alcanzar a Yulk y saltando una enorme roca que le raspó la pantorrilla, ella llegó hasta Mason. El joven de ojos miel negó divertido, pudo haberle dicho algo, pero ya estaban sin aliento. A varios metros más adelante, la salvaje risa de Yuqi les advirtió que los perros habían sido liberados, efectivamente, segundos después los ladridos emocionados de aquellos preciosos animales se escucharon detrás del grupo.

― ¿Si no pueden huir de unos perritos cariñosos como van a defender el reino? ¡Ah!

Minnie se arriesgó a ver hacia atrás y eso la hizo resbalar, a su lado, Mason la sujetó de la mano evitando que ella se cayera. Minnie usó esa inestabilidad para rodear a Mason en la siguiente curva y lo dejó atrás. El rostro asombrado del soldado le sacó una sonrisa poderosa que probablemente nunca más volvería a sentir.

Con un enorme ardor en sus piernas, sus pies mojados y sus brazos golpeados por los latigazos de las ramas que Yuqi le tiraba yendo adelante, Minnie se apuró para salir del sendero. Una vez lejos de los árboles, las dos mujeres en el grupo corrieron pendiente abajo, el castillo se elevaba delante de ellas a medio kilómetro de distancia. Ellas dos compartieron una mirada al instante que Minnie la alcanzó, Yuqi no podía creérselo.