Capítulo 64

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Soyeon

La reina entró en la habitación bien ambientada y más caliente de lo normal, con una rápida mirada exploró el lugar y se encontró a Shuhua tendida de espaldas en un sofá largo viéndose los vendajes en sus manos, tenía una expresión de completo aburrimiento, pero al verla llegar se enderezó rápidamente. La sonrisa de la dama fue enorme.

― ¿Qué haces aquí? ¿El juicio fue aplazado? ―la voz de Shuhua sonaba tan ronca que Soyeon intentó que su expresión no demostrara cuánta lástima sentía por su buena amiga, por la leal asistente que tardaría semanas recuperándose del evento traumático.

―Vine para ver si necesitabas algo, ya hablas un poco y eso es un avance.

―No me agradan tus doncellas, es a ellas a quienes no les hablo, aunque el médico dijo que debo mantenerme callada para ayudar a mis cuerdas vocales a desinflamarse, dice que tuve suerte de no quedar muda, ¿puedes creerlo? ―Shuhua se acomodó en el sofá dejando sus manos en su regazo. Estaban envueltas en gruesos vendajes y sólo se podían ver las puntas de sus dedos, el resto de la palma de sus manos se había quemado y ella recién empezaba a recuperar sensación, con ello venía un terrible dolor que la dama intentó ocultar con una mueca ligera. Pero a Soyeon nada se le escapaba.

― ¿Crees que deba simplemente enviarlos a la horca? ¿No debería hacer algo más para castigarlos? ―Soyeon fue hasta Shuhua y le acomodó el almohadón en su espalda, la chica sonrió agradecida por el gesto y el cambio de tema.

―Ciertamente lo merece, Minnie vino a verme y según dijo, ya no lo necesitamos.

―Soojin quiere que le dé un castigo más doloroso, en Muhan ven la muerte como escape al dolor ―Soyeon se acomodó en el otro asiento, todas las habitaciones principales del castillo tenían una pequeña sala y eran decoradas con preciosos muebles. Era muy cómodas, evitar los sofás estando ahí era casi imposible.

―En ese caso, ya sabes lo que debes hacer ―el tono serio de Shuhua hizo que Soyeon se enfocara en el rostro de la dama. Las venitas de sus ojos estaban rojas, tanto por el humo como por la asfixia y ella estaba segura que Shuhua no había dormido bien desde que regresó al castillo. También tenía un raspón en la barbilla por el forcejeo, se veía adolorida por cargar a su amiga fuera de aquel hotel, sobre todo, estaba cansada.

―Lamento que hayas tenido que pasar por eso ―Soyeon sabía que la dama no deseaba hablar sobre lo que hicieron en aquella bodega―. Me alegra que hayas salido.

―Una parte mía se quedó ahí, en medio del fuego...

―Lo sé, no debes dar explicaciones ―la reina se inclinó para pasar una mano por el suave cabello de su ayudante, le habría sostenido la mano, pero en ese momento era imposible. El doctor había dicho que tardaría unos días con los vendajes puestos y después de eso pasarían al menos dos semanas antes de que pudiera sostener algo pesado.

Ellas compartieron una mirada más, Shuhua se volvió a acostar en el sofá dejando sus manos sobre su pecho, parecía una momia a medio envolver y Soyeon quiso bromear, pero temía ser atacada. Era muy pronto para molestarla.

―Bien, tengo un juicio al que asistir, ¿estarás bien aquí? ―le preguntó.

―Mientras no mandes a tus feas chicas para que me vigilen con sus miradas de hienas, no habrá ningún problema ―Shuhua apuntó a unos frascos con remedios―. Tengo calmantes, desinflamatorios y té para dormir, estaré bien. Ve con la reina de Muhan, si aparecen juntas darán una impresión fuerte. La gente ha estado clamando para que llenes el espacio vacío en los tronos, podrías darle uno a Soojin de modo temporal, los volverá locos ver a una mujer con una corona a tu lado.

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