Capítulo 40

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Yuqi

Presley había dejado dos guardas montando guardia afuera de la habitación de la princesa, a Yuqi le pareció algo exagerado, pero no les dijo nada a los soldados que seguían órdenes de un comandante bastante apegado a las reglas. Pobrecitos seguro se aburrían.

―Debo ver a la princesa, abran la puerta ―ella llevaba una bandeja con comida que intentaría darle a Miyeon, no podían dejar que la princesa enfermara. Eso complicaría las cosas aún más y no era algo que pudieran permitirse.

Yuqi dejó la bandeja en la mesa junto a la puerta y se giró para cerrarla. Adentro de la habitación decorada de manera pulcra, estaba todo muy oscuro. Las cortinas corridas mantenían el lugar sombrío. El olor de la humedad no debía ser bueno para la salud de nadie, así que la comandante abrió las cortinas a la mitad, dejando el aire entrar. En la cama un bulto se removió y un cabello desordenado se fue asomando poco a poco, si no estuviese en un castillo, pensaría que estaba despertando a un oso muy despeinado.

―Traje un refrigerio, creo que te gustará el jugo de manzana...

―No quiero nada, ya vete ―Miyeon la vio como lo haría una dama rabiosa, el reto en su mirada no era algo a lo que Yuqi temiera.

―Oh, claro que me iré ―la comandante acercó la bandeja a la mesita junto a la cama y se acomodó en el borde de esta―. Después de que hayas comido puedes volver a ser una amargada princesa encerrada en una torre, creo que te va bien ese personaje.

―Estás siendo irrespetuosa ―Miyeon se sentó en la cama, Yuqi empezó a reír.

―Tú estás siendo un jodido dolor de cabeza, aún así te traigo comida a la cama ―Yuqi ignoró el sonido asombrado que abandonó los labios de la princesa y fue a terminar de correr las cortinas, abrió más las puertas del balcón y se giró contenta con su trabajo. La mirada irritada de Miyeon haría a cualquiera arrepentirse de haber entrado a la habitación en primer lugar, pero la comandante no era cualquiera, su trabajo era pelear con criminales, una princesa enloquecida no era la gran cosa.

―Comandante, váyase por favor...

―El jugo de manzana viene acompañado con galletas saladas y un rico sándwich de jamón que, si me lo preguntas, es maravilloso, de verdad me encanta...

―Yuqi, quiero estar sola... ―Miyeon la interrumpió.

―Entiendo eso princesa, pero ya pasó casi una semana desde que llegamos al castillo y usted no ha estado comiendo bien ―Yuqi le mostró un postre con moras azules.

― ¡Yuqi vete de aquí! ―Los ojos de la princesa se cargaron de lágrimas. La comandante se cruzó de brazos a unos pocos pasos de la cama, ambas se estaban viendo como lo harían los generales de dos ejércitos al empezar una guerra. Era entretenido.

―Cumplo mis tareas, esto es una orden que debo seguir. Empieza a comer el refrigerio y me iré ―Yuqi se atrevió a darle una sonrisa socarrona, eso desató la ira de la princesa que le tiró una almohada. Las lágrimas recorrían las mejillas pálidas de Miyeon mientras le tiraba más cosas a la comandante descortés que se quedaba viéndola en medio de la habitación. Cada objeto era evadido sin problema, cada fallo hacía a Miyeon gruñir más enojada. Estaba perdiendo energía que no tenía en atacar a la comandante castaña que no se veía ni un poco impresionada por su reacción violenta.

Yuqi comprendía que la princesa estaba atorada en un lugar oscuro, uno que a veces dejaba pasar la luz pero que siempre se tragaba las posibles salidas, el dolor era así de abrumador y mientras Miyeon lloraba en la cama sin fuerzas para arrojar nada más, Yuqi mostró las manos levantadas al acercarse.

Six Lions 👑 G-IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora