Six Lions 👑 G-Idle

Capítulo 6

Soyeon

En una mesa baja había un sinfín de plumas coloridas, lo que resultaba absurdo ya que con unos cuántos plumajes comunes ella podría terminar de armar sus flechas. De todos modos, Soyeon paseó su mano sobre las plumas, rozando las suaves texturas mientras iba eligiendo las que más le gustaban.

―En lo personal me gustan más las amarillas, si, si las más brillantes ―la voz de su mano derecha era alta, venía desde el césped donde se había tendido de espaldas viendo las nubes avanzar lentamente. Shuhua era chica era incorregible, toda una molestia.

―Deberías estar actuando como una dama, una elegante doncella que me susurra al oído mientras intento tomar buenas decisiones.

Shuhua se echó a reír cuando ella terminó de hablar, no se detuvo incluso cuando le dio una de las miradas asesinas que había amaestrado años atrás. Aquella chica era un dolor de cabeza, era lista pero demasiado arriesgada. Soyeon esperó paciente que el ataque de risa terminara, mientras eso ocurría, la pila de plumas llamó de nuevo su atención.

―Oh perdón ―Shuhua limpió las esquinas de sus ojos―. Es que eso fue muy gracioso, porque sabes que no soy una dama de esas que el reino quiere ver a tu lado y si deseas tener una chica susurrando a tu oído entonces no debiste enviar a Yuqi lejos.

―He enviado gente a la horca por comentarios menos atrevidos.

―Pero si es la verdad, mi reina ―Shuhua arrancó un puñado de césped y lo dejó caer sobre la falda de su vestido―. Para eso me paga, oh gran señora.

―Te mandaré a cortar la lengua un día de estos.

― ¿Quién te daría consejos entonces? ―la chica se contuvo de reír.

Soyeon odiaba la idea de tener que llenar puestos en su corte, no lo veía necesario, pero en los meses anteriores decidió no luchar más contra las tradiciones. Eso le había dado una nueva mano derecha, seis doncellas y un viaje diplomático del que preocuparse.

―Compraré un ave de las que hablan, debe ser lo mismo.

― ¡Hey! ―Shuhua gritó y eso la hizo saltar levemente―. Ten respeto por los muertos Soyeon, tienes sus preciados recuerdos en tus manos.

Ese fue su turno de reír, las plumas dejaron de parecer interesantes y entonces se enfocó en las flechas. Tomó una y la puso en el arco. El peso de la madera en sus brazos la reconfortaba. Ella era del tipo de persona que ama la estabilidad.

―Shuhua ve a pararte por allá y terminemos con esto ―le dijo a la joven. Shuhua se apoyó en sus codos para poder ver el lugar al que ella le estaba pidiendo ir y soltó un grito ahogado dándose cuenta de lo que estaba al otro lado del campo. Aquel jardín había sido reformado semanas atrás, ahora tenía blancos de madera ubicados en distintos sitios, el más grande estaba en una pared de tablones que pintaron de rojo, con círculos blancos que se iban haciendo más pequeños al interior.

―Su majestad no es tan divertida como piensa ―Shuhua se puso de pie con dificultad, soltando quejidos como si tuviera unos sesenta años más de los que aparentaba.

Soyeon la observó caminar hasta el blanco, en el camino recogió un melón de tamaño medio, para después apoyar su espalda a los tablones con la fruta sostenida sobre su cabeza. En su expresión, Shuhua aparentaba estar aburrida. La reina no le creía.

―Bien, no te muevas.

―Planeaba bailar en unos segundos, ¡Oh! Pero qué idea vergonzosa.

El sarcasmo de Shuhua era adorable, Soyeon le dio una sonrisa malvada al tiempo que tensaba la cuerda del arco. La doncella de cabello negro la observaba sin emoción alguna, de verdad no quería fallar porque la jovencita resultaba divertida y los viejos dioses sabían que algo de entretenimiento era lo que necesitaba. En aquellos días, si cerraba los ojos para tomar una pausa del trabajo, lo único que veía era una guarda sonriéndole maliciosa. Cuando sus ojos se abrían y Yuqi no estaba ahí, el estómago le daba un vuelco que terminaba enfermándola durante el resto del día. Sus días era rutinarios, llenos de reuniones aburridas o conferencias que la agotaban al punto de no querer cenar cuando por fin la dejaban en paz. Apuntarle a Shuhua con una flecha era una mejoría.