Six Lions 👑 G-Idle

Capítulo 88

Soojin

El brazo de Shuhua estaba sobre su cintura cuando despertó, por unos segundos no supo dónde estaba o que era lo que pasaba, entonces la vio dormida a su lado con una sonrisa en sus labios delgados y Soojin también sonrió. Con cuidado de no despertarla salió de las cobijas gruesas y toda la habitación giró cuando se puso de pie. Por culpa del licor.

Con una mueca de dolor se prometió no tocar el vino por un tiempo y después se puso su ropa. Un vestido sencillo sin corsé porque dudaba soportar aquella tortura estando con resaca, unas botas de invierno con piel en el interior y un enorme abrigo café que se la tragó como la boca de un oso hambriento. Cuando se detuvo delante del espejo Soojin sonrió viendo su reflejo, llevaba el cabello en una coleta sencilla y de algún modo, su flequillo estaba perfecto. Considerando todo lo que ella y la dama en la cama hicieron la noche anterior, se habría esperado verse más desastrosa.

―Soojin, ¿qué haces? ―Shuhua lloriqueó en la cama―. Vuelve aquí, tengo frío.

―Debo ver a Mark, hay cosas que necesito revisar con él ―Soojin se abrazó a uno de los postes de la cama, entre las almohadas la hermosa chica le dio una enorme sonrisa.

― ¡Hey! No puedo creer que me estés dejando desnuda en tu cama para ir a reunirte con un hombre, ¿es que te has vuelto loca?

―Ya entiendo porque Soyeon te amenaza con enviarte a los calabozos, tienes comportamientos cuestionables para ser una dama de alta sociedad ―Soojin se mofó.

― ¡Lo siento! No soy una persona mañanera, además me duele todo, me hiciste bailar y luego... bueno, ya sabes... ―Shuhua se sentó en la cama pasándose las manos por el rostro, en un hombro Soojin vio una marca de mordida que le dejó la noche anterior, el baile las había llevado a la habitación y ahí se dejaron llevar un poco.

―Te traeré el desayuno, ponte algo de ropa que luego... ―Soojin se detuvo al escuchar murmullos afuera de la puerta, por un segundo creyó estar reviviendo eventos del pasado y bajó su mirada al brazo que meses atrás se lastimó al caer por las escaleras. Pero sus ideas eran imposibles y después de asomarse brevemente la reina decidió que no era nada, que todo estaba bien. Su paranoia también debía ser culpa del licor.

― ¿Qué pasa? ―la hermosa dama salió de la cama envuelta en mantas gruesas, se veía algo loca con el cabello revuelto y los ojos entrecerrados. Soojin le acomodó un mechón con suavidad, cada vez que la veía así de cerca sin que nadie interrumpiera, su corazón dejaba de funcionar adecuadamente. Shuhua era hermosa.

―Volveré en unos minutos, ponte presentable ―ella le pidió amablemente y antes de que la dama pudiera quejarse se acercó a besarla. Shuhua siempre se impresionaba, pero después le seguía el beso con afecto.

Al separarse Soojin le acarició la mejilla y sonrió divertida, Shuhua seguía con los ojos cerrados cuando ella retrocedió para ir a la puerta. Afuera el frío la golpeó de frente, estaban en un lado del castillo con pasillos expuestos y aunque la luz de la mañana le daba un esplendor mágico, Soojin se moría de frío. Deseaba volver a Muhan, al calor de la playa y a los atardeceres eternos que nunca la cansaban, pero la idea de irse también le molestaba, como si estuviese caminando a su reino con una espina clavada en el pecho. Sería difícil, decir adiós sería muy difícil.

Pensando en eso Soojin se subió la capucha del abrigo y metió las manos en los bolsillos del mismo, después alzó la mirada y fue ahí cuando lo vio. No usaba uniforme, no se veía impecable, el cabello largo desapareció al igual que el rastro elegante de barba que solía llevar, pero era el mismo hombre. Soojin sintió que el frío de la mañana trepaba por su espalda, su instinto tomó el control y la reina de Muhan siguió caminando con la cabeza baja hasta la esquina dónde debía doblar. Los hombres con los que se cruzó se detuvieron enfrente de su dormitorio, aquel segundo en que los vio entrar de golpe tirando la puerta, fue el más doloroso que ella jamás había vivido.