Six Lions 👑 G-Idle

Capítulo 61

Miyeon

Era casi imposible dejar de ver los frascos brillantes en la mesa que se transformaba en una especie de guarida especial, nunca nadie pensaría que ahí dentro se ocultaban cosas peligrosas, era el escondite más asombroso que ella hubiese visto jamás. Miyeon estaba absorta en todo el proceso de compra y venta, porque entretenimiento puro. La mujer pelirroja jugaba con la coherencia de Shuhua y la dama de cabello liso daba lo mejor de sí misma para no perder en el juego de poder y habilidad que habían entablado al conocerse. Si le hubiesen dicho que aquello sería tan divertido nunca lo habría creído, ahora tenía una excelente historia que contar cuando volviera al castillo dorado.

― ¿En qué vas a suministrarlo? ―preguntó la dama, Miyeon tardó unos segundos en entender que le hablaban a ella. Algo avergonzada pensó en la historia que Shuhua había improvisado, su parte en todo aquello era la de una víctima y considerando lo que pasó semanas atrás, podía entender por qué tenía ese rol.

―En su licor, a mi esposo le gusta el Whiskey de malta ―mintió tímidamente, para la dama eso fue suficiente y entonces se puso a mezclar sustancias en un plato finísimo de lo que seguramente era oro. Le observaron a unos pasos de distancia, Ritchie estaba junto a ellas y hasta entonces no había dicho nada porque prefería admirar a la dama roja cada vez que esta se movía. Miyeon sospechaba que el comerciante amaba a la ama de los venenos y si no era amor, entonces era una emoción así de venerante y obsesiva.

La joven guía apareció de nuevo en aquella sala subterránea y traía con ella a un hombre de tez oscura con espalda encorvada, vestían elegante y llevaba una larguísima barba blanca que a Miyeon le pareció exagerada. Cuando el recién llegado se acercó silencioso al escritorio, Minnie se puso alerta sin esconder su desconfianza.

―Este es Kaly, mi asesor de joyas. Es quién se encarga de que no me estafen con rocas falsas, ya ha pasado y es toda una molestia ―la dama les sonrió desde donde seguía preparando el veneno y Shuhua no tuvo más remedio que darle los diamantes a Kaly.

―Muy bien Emil, debes poner un poco de este líquido en su whiskey ―la dama se le acercó―. Sugiero que pongas una pisca cada día, prometo que después de tres días se enfermará tan definitivamente que estarás libre antes del fin de semana. Nadie se dará cuenta que fue veneno de ese modo, en pequeñas dosis es más doloroso y su organismo borrará cualquier rastro. No hay forma de errar, pero si lo haces entonces búscame de nuevo con el pago listo.

Miyeon asintió con su cabeza luciendo tan inocente como pudo, aunque sabía que no tenía que esforzarse para que su actuación fuese creíble, incluso fingió temblar al aceptar el veneno que la dama pelirroja puso en su mano. Ellas cruzaron una mirada que se alargó por unos segundos demasiado extraños y Miyeon rezó que la dama roja no se diera cuenta que le estaba ocultando algo.

―Buena suerte Emil ―dijo la mujer cerrándole la mano en un puño, adentro, el frasco de cristal se puso tibio, haciéndola estremecer. Miyeon sonrió forzadamente y estaba por decir algo cuando escuchó un carraspeo, el anciano había encontrado algo malo con el pago, las uñas de la dama roja hundieron en el antebrazo de la princesa cuando esta intentó alejarse. Miyeon buscó a sus amigas por ayuda, pero Shuhua y Minnie estaban atónitas.

―No es posible, son joyas del castillo... mi señora, nosotros nunca... ―Ritchie intervino porque no tenía idea de que los diamantes eran falsificaciones, la dama roja sonrió con maldad sin creerle una palabra, en su lugar, dejó a Miyeon para enfocarse en quién había orquestado aquel encuentro, moviéndose lentamente y viéndose peligrosa hasta la médula. Minnie le tomó la mano y Miyeon la siguió cuando retrocedieron hasta la salida, pero la chica morena estaba ahí cerrándoles el paso, arriba en las escaleras se escuchaban ruidos apresurados porque los refuerzos de la dama estaban llegando. Miyeon tragó grueso buscando indicaciones de Minnie, pero la soldado estaba tan ocupada ideando el modo de escapar que no le prestaba atención.