Capítulo 91

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Miyeon 

Varias horas después de que el ataque terminara, cuerpos envueltos en alfombras arruinadas y cortinas manchadas fueron sacados del castillo, después los dejaron junto al cadáver del general Barragán en el jardín. La princesa había visto todo sentada en los escalones de aquella torre, se sentía invisible mientras soldados y sirvientes pasaban a su lado sin hablarle. ¿Qué podían decir en aquella situación? Ella no tenía la respuesta.

En los minutos que estuvo encerrada en el comedor había visto como los sirvientes y el médico del castillo trabajando, se sintió enferma por la preocupación y jamás creyó presenciar tanta sangre, tanta agonía, tanto desespero. En aquel sector del castillo nadie entendía realmente lo que pasaba, no hasta que los coroneles abrieron las puertas y les avisaron que todo había acabado, el castillo de nuevo estaba en vigilancia máxima. La amenaza fue eliminada, nada más y nada menos que por la reina Soyeon, quién disparó flechas a los criminales como si fuesen frutas en un puesto de carnaval. Aquel dato fue asombroso y tenía todo el sentido de mundo.

Yuqi estaba junto a las puertas dando órdenes a un grupo de soldados, la teniente fue la única capaz de calmar a su hermana, al parecer Soojin seguía muy impactada por el ataque y ellas habían pasado un buen rato hablando privadamente. Por eso Miyeon estaba esperando, porque todavía no la dejaba ver a Soojin.

―Miyeon, puedes pasar ―Soyeon abrió la puerta de la habitación que establecieron como enfermería provisional―. Estará bien, en unos días se verá como ella misma...

―Pero no será la misma, no después de esto, nada será igual ahora ―Miyeon se puso de pie yendo hacia Soyeon, la reina tenía sus cabellos rubios sueltos sin decoraciones doradas ni arreglos maravillosos. Se veía tranquila y demasiado joven para enfrentarse a los peligros del mundo. Miyeon quiso protegerla, pero la reina no necesitaba protección.

―Vencimos demonios, ganamos juicios y evitamos guerras ―Soyeon le sostuvo el mentón porque Miyeon no conseguía mantenerle la mirada―. Date un respiro Miyeon.

Ellas se miraron fijamente por unos segundos, después ingresaron a la habitación perfectamente iluminada. En un enorme sofá de cuero Soojin parecía dormir con una manta encima y al verla tan golpeada Miyeon se puso a llorar.

―No llores, fueron solo golpes ―Soojin le dijo abriendo un solo ojo, el otro se había hinchado tanto que no conseguía mover el párpado. Tenía la mejilla derecha enrojecida, pero sin los rastros de sangre eso era todo, tal vez sí se recuperaría pronto.

―Iré a calmar a mi tío en las cuevas, dicen que sigue gritando a pesar de que le informaron que el ataque al castillo terminó―Soyeon les informó y ambas hermanas asintieron rápidamente con la cabeza, aunque Soojin hizo una mueca de dolor.

―Ofrécele mis disculpas, debimos creerle ―Soojin murmuró desde el sofá.

―Eso haré, tú descansa Soojin.

Miyeon fue al sofá en el que su hermana reposaba, la reina Soyeon las había dejado solas después de cerrar la puerta con cuidado. La princesa tenía mucho que decirle a su hermana, pero no estaba segura de cómo empezar, dar malas noticias no era sencillo.

―Barragán sigue en la nieve con las flechas en la espalda, los demás cuerpos fueron levantados y los sirvientes luchan por limpiar las manchas de sangre, aunque sería mejor reemplazarlo todo, ¿no crees? ¿alguna vez viste tanta sangre? Es impresionante lo mucho que una persona puede sangrar ―Miyeon jugó con sus dedos, delante de ella Soojin suspiró, aquella no era información nueva para ella. Pero la castaña de cabello brillante y mirada culpable tenía mucho más que reportar, algo tan impresionante que ponerlo en palabras se sentía irreal. Soojin esperó calmada.

Six Lions 👑 G-IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora