Capítulo 58

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Soojin

Había estado molesta por el frío de la mañana, pero eso no fue lo que la despertó, sino la intromisión de la reina con sus doncellas en su habitación. Debajo de las gruesas mantas de piel, Soojin observaba como una de las chicas que seguían a Soyeon por todos lados, sirviendo una pequeña mesa con el desayuno, en el sofá más amplio de la sala en aquellos enormes aposentos, estaba una reina muy relajada.

―Las amigas se dejan dormir unas a otras, asumo que no tienes mucha experiencia en esa área, pero así es como funciona ―Soojin dijo al salir de la cama, rápidamente se envolvió en un camisón grueso y fue al otro sofá donde la esperaba una taza de café caliente. Eso era lo único bueno de despertar tan temprano en un castillo helado.

Soyeon estaba poniéndole algo dulce a un pedazo de pan tibio, o eso indicaba el vapor de delicioso aroma. Soojin respiró hondo la mezcla del café y el pan, era algo de verdad maravilloso y sonriendo medio dormida aceptó que aquello no era tan malo.

―Vine a verte antes de que las cosas volvieran a mal interpretarse ―dijo Soyeon, esa mañana iba vestida de negro y usaba el cabello en una larga trenza que caía sobre su hombro derecho, se veían más relajada de lo que la conversación ameritaba. Soojin esperó a que le explicara lo que estaba pasando, en sus manos sostenía la taza caliente que le estaba ayudando a terminar de despertar. La otra reina estaba ocupada con el pan dulce.

La noche anterior, Soojin se había quedado hasta tarde hablando con Shuhua, ellas habían regresado a la mesa de los postres y sin nada de disimulo robaron unos cuantos, para después ir a otro de los salones en el castillo, encendieron la chimenea y se acomodaron en los cómodos sofás rojos a hablar durante un largo rato. Shuhua le había contado de sus años como doncella, de las cosas que había aprendido en esos tiempos y también le confesó que sospechaba que Soyeon le había dado el puesto de mano derecha para molestar al consejo o al reino entero, Soojin quiso decirle que eso no era cierto, ella podía ver el gran talento en la dama, el mismo talento que Soyeon estaba cultivando con enormes conocimientos. Era muy claro que Shuhua tenía un gran futuro por delante, le intentó aclarar eso, pero durante el rato que estuvieron juntas, no encontró las palabras, además Shuhua hablaba suficiente por las dos. Ella se limitó a escuchar y fue encantador.

Cuando regresó a su habitación, Soojin se había desnudado ella sola, el vestido de gala con corsé no fue problema y en seguida se metió entre las mantas calientes. Hasta esa mañana helada en la que observaba a Soyeon siendo silenciosa, como lo era cuando algo importante estaba por pasar. Si bien ella todavía no la conocía lo suficiente, ya había captado algunos de los rasgos de la personalidad de Soyeon.

―Yuqi, Minnie, Shuhua y Miyeon salieron del castillo hace un par de horas, van a la ciudadela a una reunión con la posible líder de una de las redes de comercio ilegal más grandes en Hwangpye, les envié a mis rastreadores de confianza para que las custodien a la distancia y quería que lo supieras por mí ―Soyeon limpió las comisuras de su boca con una servilleta de tela roja―. Las amigas se dicen la verdad, así es como funciona.

Soojin tardó unos segundos en procesar aquellos datos tan inquietantes, confiaba en que Yuqi mantendría a su hermana a salvo, lo había estado haciendo desde que la encontró perdida en las tierras enloquecidas de Hwangpye, pero en ese momento, la reina de Muhan estaba preocupada por alguien más, por Shuhua. Ese descubrimiento la hizo sentir confusa, como si estuviese recuperándose un fuerte golpe en la cabeza. ¿desde cuándo se interesaba en una dama fuera de las que conocía en su corte? ¿Por qué sentía que la seguridad Shuhua era su responsabilidad? No lo entendía, de pronto estaba enojada por que la dama no le dijo nada de esa reunión, considerando que pasaron gran parte de la noche juntas, el momento de hablar había estado ahí de sobra.

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