Capítulo 36

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Yuqi

Su mano se deslizó por el suave material de la manta, hasta donde alcanzaba a tocar, se encontró con que el colchón estaba vacío. Por otro lado, sentía una leve brisa recorrerle el pie desnudo, subiendo por su pierna hasta la cadera donde le causaba cosquillas y con pereza tuvo que abrir los ojos. Soyeon estaba de pie luciendo el cabello revuelto, llevaba un camisón prácticamente trasparente y con la luz de sol ella podía ver perfectamente a través de la tela. Yuqi se estiró en la cama de la reina, la mujer rubia había estado soplando sobre su piel, recorriendo su pierna con su aliento, pero no la tocaba, no la besaba, solo la veía.

― ¿Ya comiste? ¿Sin mí? ¡Soyeon! ―Yuqi fingió lloriquear mientras rodaba y se estiraba para alcanzar a la bella mujer a un lado de la cama. Soyeon escapó sonriendo enormemente, después llevó unas cerezas a su boca y negó divertida.

―Dormiste mucho, tuve que salir de la cama ―la reina chupó su pulgar, Yuqi siguió el movimiento con la mirada. Soyeon era así de hipnótica.

―Lo lamento, no he dormido así de bien en meses.

―No te disculpes, espero que ahora sigas durmiendo bien, lo mereces. ―Soyeon le dio una sonrisa coqueta―. No seré una preocupación más para usted comandante.

Soyeon fue a la mesa con comida a un lado de la habitación en lo que Yuqi se enderezaba dejando la espalda apoyada al respaldo de la cama. Detrás de ella, en la pared, el retrato de Soyeon viéndose feroz le recordaba cómo se veía la reina cuando dejaba de ocultar sus deseos. Cómo era cuando se permitía ser libre.

― ¿Por qué no has ido a trabajar?

―El reino no se va a desmoronar si la reina empieza su día más tarde.

Yuqi estaba tan ocupada observando la silueta curvilínea de la reina que no vio venir el ataque de una fresa, aparentemente no había escuchado todo lo que había dicho y Soyeon le hizo espabilar. Muy entretenida, la comandante se comió la fresa y se quedó embobada notando que la reina ponía frutas y pasteles miniatura en un plato que se iba llenando más y más. Lo que Yuqi deseaba desayunar no era precisamente comida.

― ¿Jugo? ―Soyeon le enseñó los zumos, Yuqi asintió. Cualquier cosa servía.

―Esto es divertido, me pregunto cuánto tardarán tus doncellas antes de venir a molestar. Son insistentes y muy enojonas.

―Deja de pensar en otras mujeres cuando estás conmigo, por favor ―Soyeon negó frunciendo el entrecejo, Yuqi intentó imitarla, pero terminó echándose a reír cuando la reina se burló de sus intentos de verse ruda. Podía hacerlo, cuando estaba delante de criminales peligrosos siendo ofendida, en esos momentos Yuqi estaba segura que se veía como una leona en pleno ataque. Con la reina era una pantera relajada, un felino que respondía a cada gesto que hacía su compañera.

―Dame algo más para pensar y con gusto te haré caso.

La sugerencia hizo a Soyeon morderse el labio inferior, seguramente recordaba todo lo que en la noche anterior las hizo olvidarse del mundo. Dejar de pensar había sido una excelente estrategia para recuperar el tiempo perdido.

―Deberías desayunar primero ―Soyeon empezó a pelar una mandarina, Yuqi sonrió pervertida notando como los dedos de su reina se hundían en la fruta.

―Ven aquí y lo haré ―Yuqi reprimió una risa, Soyeon partió la fruta haciendo que el jugo le empapara la barbilla y los labios.

La comandante salió de la cama para besar a la reina. El dulce sabor de la mandarina hizo que el desayuno se viese como una comida más interesante, nunca más volvería a desayunar ella sola. Comer en una mesa con personas era para perdedores, la reina merecía comer en una cama con una mujer dejándole besos por el cuello como si nada en el mundo importase, nada era tan significativo como aquello.

Six Lions 👑 G-IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora