Capítulo 21

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Soojin

La pesadez en sus párpados empezaba a gustarle, nunca antes había experimentado una sensación como aquella y a pesar del confort que el sueño le daba, Soojin se esforzó por despertar ya que en alguna parte la voz cansada del general Barragán daba órdenes. Ella lo quería fuera de Muhan, en cualquier otro sitio donde ella no tuviera que escuchar aquella voz profunda y varonil. Le era demasiado molesto.

Al abrir los ojos la reina se encontró con las cortinas cerradas, la calma dentro de la habitación era apreciada. Afuera en el pasillo varias voces de sus soldados personales parecían discutir con el general. Ella gruñó al sentarse en su cama, estaba rodeada por almohadones altos y tenía vendajes en un brazo que apenas si podía mover.

―Estúpidas escaleras ―dijo Soojin tratando de abrir los dedos de su mano izquierda, pero no pasaba nada, no importaba cuando se esforzara su mano estaba inmóvil, hinchada en un color oscuro. Se sentía ridícula con aquellas lesiones, la vergüenza de haber caído por las escaleras la seguiría por el resto de su vida, estaba segura.

Con mucho esfuerzo Soojin salió de la cama, su rodilla izquierda también estaba abultada, pero la sostenía bien en cada paso que daba. Afuera de la habitación un grupo de cuatro personas quedaron silenciosas al ver a la reina acercarse. Ella solo se enfocó en su cocinera sosteniendo vendajes limpios y un puñado de hiervas que olían delicioso.

―Pasa Oliva―le pidió ella a la señora de manos arrugadas y cabellos grises. Los dos soldados le dieron espacio a la cocinera y la reina cerró la puerta antes de que alguno dijera algo. No estaba interesada en recibir condescendencias o escusas, tampoco quería ver el rostro apenado del general detrás de los dos hombres uniformados que la custodiaban.

La señora puso las hierbas en una vasija que llenó con agua y la puso al fuego que crepitaba en la chimenea de la enorme habitación de la reina. Aquel lugar había sido el salón de visitas de su padre cuando este fue rey, Soojin lo transformó en una habitación con dos entradas de puertas dobles. Por una podía salir a su jardín privado y por la otra al pasillo norte del castillo, desde donde se veían los mejores atardeceres en todo Muhan. Ella amaba aquellos aposentos más que cualquier otro lugar en todo el castillo.

―Terrible caída la que tuviste ―dijo Oliva al tiempo que removía las hierbas con un largo cucharón de madera. Al calentarse el agua, el aroma de las hierbas llenó todo el lugar. Soojin negó alegre porque en el rostro de la señora se encontró una sonrisa burlona, al parecer era la primera vez que una reina rodaba por las escaleras, estaba haciendo historia de la manera más anormal posible.

―Mi día estaba aburrido, pensé que tenía que hacer algo para remediarlo.

― ¿Qué harás la próxima vez? ¿Saltar del balcón?

―Tal vez, me gustan las emociones fuertes―Soojin sonrió con más ganas y se dio cuenta que su mejilla le ardía terriblemente. También se había lastimado el rostro, genial.

―Los soldados en turno te cargaron y me llamaron muy asustados, creo que ellos no dormirán en paz durante semanas gracias a tus descuidos.

―Los escalones estaban mojados ―se defendió Soojin.

―Tú estabas fuera de control ―replicó Oliva, la reina no pudo decir nada. Sin duda había actuado como una demente, pero no se arrepentía. Había descubierto que su hermana dejó el castillo sin decirle lo que planeaba, según las leyes demitir de ese modo era cobardía, una característica en una personalidad traidora. Eso era su hermana para el reino, además le había mentido, la había engañado y la abandonó.

La cocinera era una mujer entrada en años, su espalda seguía derecha a pesar de los arduos trabajos en las cocinas del castillo durante mucho tiempo. Era una de las personas que más respeto imponía en Muhan, Soojin había crecido bajo los cuidados de aquella dama que además de ser audaz e inteligente, tenía el alma más compasiva. En su infancia Soojin acudía a Oliva cada vez que estaba enferma, la cocinera siempre tenía algún remedio para sus males e incluso en aquel momento mientras le ponía vendajes limpios y tibios, Soojin se preguntaba si Oliva tendría medicina para un corazón lastimado.

Six Lions 👑 G-IdleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora