Una semana había pasado desde lo de Iris, para su mala suerte la bala dañó varios de los nervios de su pierna por lo que el medico le ordenó una incapacidad de cuatro semanas. Permanecer en su habitación solo lograba que las horas se sintieran más largas de lo normal, olvidó cuanto tiempo había pasado llorando por Iris y por todo lo que sucedió ese día. Pensó que lo mejor sería cambiar de ambiente por lo que buscaba la forma de apoyarse en la pared a medida daba pequeños saltos hasta llegar a la habitación donde Tamara paso las últimas semanas, sonreía como tonta al recordarla acostada sobre la cama leyendo uno de sus libros, escuchaba su risa, sus insultos. Extrañaba su voz, verla pasearse por la casa como si fuera parte de ella -Estúpida cucaracha...- susurraba antes de dejarse caer sobre la cama de Tamara -Te extraño...-
-Yo también te extraño- cerraba los ojos con molestia al reconocer la voz de Marcia.
-Creo que la última vez fui muy clara al advertirte que no quería verte en mi casa de nuevo- musitaba -Vete...-
-Prima, dime que al menos has comido algo- se cubría la cabeza con la almohada en un intento de hacerla desaparecer -Sasha...- sentía como acariciaba su espalda -Estoy preocupada por ti-
-Ya me viste, estoy viva... Puedes irte- dejaba escapar.
-Puedes hablar conmigo, sé que perder ha Iris no ha sido fácil...- se giraba para enfocar el rostro triste y preocupado de Marcia -Perdiste a tu persona más cercana, fue nuestra amiga desde que teníamos cinco años...-
-Marcia ¿Tienes idea de lo que me provoca escucharte hablar de ella? Tú no tienes derecho...-
- ¡Claro que tengo derecho! ¡Yo también perdí una amiga! ¡Y ahora te estoy perdiendo a ti! ¿No lo ves? -
-No pensé que...- sentía como Marcia se abrazaba a ella con fuerza, podía verla y escucharla sollozar fuertemente.
-No quiero perderte a ti... Dime como puedo ayudarte... Pero por favor no me alejes más Sasha, tú eres mi única familia- suplicaba -Por favor...-
-Tranquila...- musitaba envolviéndola en sus brazos -Todo estará bien-
-Tú eres lo único que tengo... Eres mi hermana, la que mejor me conoce... Se que suelo ser un asco de persona, pero Sasha, no quiero que te encierres en tu mundo de nuevo, esos cuatro años en los que estuviste lejos fueron los peores para mí-
-Desearía poder decir lo mismo- confesaba -Pero esos cuatro años me hicieron sentir más viva que nunca prima, espero que un día puedas encontrar tu felicidad- decía abrazándola-Aunque dudo mucho que sea con la rubia hermosa- bromeaba en un intento de mejorar su ánimo.
-Cállate- pedía llorando más fuerte - ¡Está embarazada! - gritaba y lloraba aún más - ¡Me la preñaron y yo no pude hacer más! -
- ¿Quién? ¿Bandek? -
-Pues si ¿Quién más? - la veía limpiarse las lágrimas -Realmente me gustaba esa mujer-
-Yo sé que si ¿Cómo te enteraste? - preguntaba curiosa.
-Hace unos días tuvimos una reunión y se veía muy diferente, no en el mal sentido porque esa mujer con lo que se ponga se ve perfecta... Pero lucía pálida y distraída, luego su abogada... Que también esta como para comérsela... le preguntó si quería descansar un poco y después ella dijo que estaba bien que solo eran la nauseas ¡Del embarazo! - gritaba con dolor -Tiene dos meses y medio! ¡Aaaaah! -
-Ya cállate, deja de gritar- pedía conteniendo la risa -Jajaja no pensé que un bebé te detuviera- bromeaba.
-Digamos que si fuera el bebé de alguien más no me importaría... Pero estamos hablando del maldito bebé Bandek... Nada más y nada menos que el próximo heredero o heredera de la fortuna Ackerman... Me voy a morir-

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Nuestro Tiempo
RomanceAida Lars decide darle un giro a su vida al mudarse a una nueva ciudad, conocerá a muchas personas que le enseñaran que todo puede mejorar si se rodea de las personas correctas, aprenderá a amar y se entregara completamente a esa mujer que ha robado...