CAPITULO 42.

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Sasha observaba como uno de sus hombres cargaba el cuerpo de Iris hasta uno de los coches, en su mente revivía los miles de momentos que compartió con ella, fue su primer amor, su primera en todo, su mejor amiga, si fuel compañera, el hecho de pensar que tendría que vivir en un mundo sin ella se volvía algo inconcebible para ella, no lograba asimilar que ya no estaba.

-Comandante...- escuchaba a su lado -Esperamos ordenes para unirnos a nuestros compañeros- intentaba contener las lagrimas lo mejor que podía mientras comenzaba a colocarse el cinturón del uniforme militar de Iris, que mejor forma de vengarla que matar a todos esos malditos usando las armas de su Iris.

-Código negro- susurraba.

- ¡Código negro! - gritaban sus hombres, código negro significaba acabar con todo a su paso, no dejar testigos y hacerlo de la forma mas despiadada que alguien pudiera imaginar. El rostro de Iris era lo único en lo que podía pensar a la hora de asesinar a todo el que se le cruzara enfrente, sus ojos enfocaban al maldito comisionado el cual era su único objetivo. Su cuerpo comenzaba a despertar, sabía que ese sentimiento que la recorría entera solo le ocurría cuando estaba por acabar con sus enemigos, se sentía como un pez en el agua, en su vida pensó podría disfrutarlo tanto, los policías caían a su lado como moscas, sus hombres esperaban momentos así para poder demostrar de lo que eran capaces de hacer.

Corría a toda velocidad clavándole la espada a todo uniformado que se atravesara, su objetivo se alejaba cada vez más y era algo que no podía permitirse, sacaba el cuchillo de su cintura y comenzaba a clavarlo en los cuellos de todos lo que se interponían entre ella y el comisionado, no podía detenerse... Simplemente su cuerpo pedía más, sonreía al ver el miedo en los ojos de los policías.

- ¡Protejan al comisionado! - gritaba alguien provocando que se apresuraba a sacar el arma para dispararle en la cabeza, hizo lo mismo con los diez hombres que estaban alrededor, sintió como algo se clavaba en su pierna, pero estaba demasiado alterada como para detenerse a ver, ni siquiera les daba tiempo de sacar sus armas para defenderse ya que si algo recordaba era que nadie podía superarla en velocidad, ella y la espada de Iris eran una sola en ese momento. 

- ¡Hijo de puta! - gritaba disparando varías veces al comisionado quien era protegido por los últimos dos hombres que lograba ver.

- ¡Perra! - gritaba alguien detrás de ella y en un rápido movimiento logro tomar a la chica que intentaba atarcarla.

-Quiero que me mires- decía sacándose el pasamontaña -Porque mi rostro será lo ultimo que veras antes de mandarte al infierno, hija de puta- sacaba nuevamente el cuchillo para clavarlo en la garganta, rostro, cuello y pecho de la pobre oficial.

-Comandante- escuchaba detrás de ella -Ya no quedan más policías... Acabamos con todos, solo los dos que protegían al comisionado y el comisionado Ventura-

- ¿Cuántos perdimos nosotros? - cuestionaba limpiándose el rostro y las manos ya que podía sentir el olor de la sangre de la  chica en todo su cuerpo.

-Uno... La capitana Iris Miranda- cerraba los ojos suspirando fuertemente, eso solo acababa de empezar, la guerra que la policía acababa de declararle al escuadrón más peligroso estaba por comenzar y no sería nada bonito para ellos.

- ¡Por la capitana Miranda! - gritaban todos al tiempo que comenzaban a lanzar bengalas negras al cielo.

-Pronto nos veremos de nuevo...- susurraba observando como el cielo se tornaba negro por las bengalas negras.

-Comandante Spencer... Esta herida- observaba el rostro preocupado de uno de sus hombres -Su pierna...-

-Creo que fue una bala- susurraba sin sentir nada - ¡Escuadrón! - gritaba - ¡Asegúrense... Que no quede nadie vivo... Saben lo que tienen que hacer ¡- ordenaba y fue cuestión de segundos para que sus hombres comenzaran a disparar a todos los cuerpos "sin vida" que yacían sobre el suelo -Buen trabajo chicos- decía dando suaves golpecitos en los hombros de sus soldados-Tony- saludaba a uno de sus mejores hombres.

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