CAPITULO 19.

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Helena enfocaba el cuadro de sus padres mientras recordaba los pocos momentos que aún conservaba de ambos, poco a poco había olvidado sus voces, sus risas, todo se convertía en una lejana ilusión. Enfocaba la caja donde guardaba la espada de Ellie y a ella claramente la podía escuchar en su mente, incluso su estúpida risa resonaba en algún lugar de su cerebro. Caminaba lentamente en su estudio intentando aclarar sus pensamientos. Por una parte tenia la propuesta de Megan que entre mas la intentaba desechar de su cabeza mas deseaba aceptarla, siempre pensó que las personas nacían con un propósito, unos nacían para convertirse en grandes científicos, curas, doctores y toda esa clase de cosas, recordaba sus noches en el orfanato cuando escuchaba a Andrea hablar de lo mucho que deseaba convertirse en soldado, ese era su sueño pero para ella pertenecer al ejercito nunca significo nada, de hecho nada de lo que había logrado hasta ese momento se veía como un sueño cumplido. Contemplo el rostro sonriente de su madre pensando que tal vez, solo tal vez su propósito en la vida era cumplir el sueño de ambos, que si la muerte la había perdonado tres veces era porque aun tenia algo mas que hacer en ese mundo.

-Ese cuadro es fantástico- sonreía escuchando la voz de hermana detrás de ella -Mamá era una belleza ¿No lo crees? -

-Si que lo era, pero no dejes de lado a papá- agregaba - ¿Crees que ellos deseaban que siguiéramos sus pasos? -

-No lo creo- la miraba confundida -Pienso que ellos deseaban que nosotras mismas decidiéramos el camino que deseáramos, si me preguntas porque sigo a Megan es simple: Es lo único que conozco, yo no juzgaría si en algún momento decides seguir en el ejercito porque al final es todo lo que conoces. Incluso si decides no luchar con nosotros, no te juzgaría ni te dejaría de amar, agradezco a la vida que me permitió llegar a este momento para poder estar contigo, aunque sea aquí a escondidas viendo el cuadro mas hermoso de nuestros padres-

-Me cuesta creer que hables de esa forma, para mi sigues siendo la pequeña niña insoportable que me seguía a todas partes- musitaba.

-Eso era porque realmente quería ser como tu- sentia el cálido abrazo -Te admire siempre Helena y cuando me entere que habías ingresado al ejercito comencé a entrenar mucho mas para poder estar a tu altura- besaba su cabeza negra mientras la apretaba un poco -Nunca fuiste buenas con las palabras-

-Oye- decía sonrojada -Pero tu sabes que te quiero-

-Lo sé- sonreía - ¿Has logrado hablar con tu rubia? -

-No- se alejaba lentamente -La ultima vez que la vi fue en casa de Vanessa cuando tuve el pequeño problema con Andrea-

- ¿Pequeño? ¡Ja! - escucho -Creo que ambas son unas idiotas y me refiero a ti y a la general esa, no a mi cuñada hermosa-

-Ahora la defiendes- decía cruzándose de brazos.

-Quiero conocerla ¿Crees que le agrade? - preguntaba Hannah dejándose caer sobre el sofá de cuero -Cuando me la encontré en el elevador no podía creer que semejante mujerona estuviera saliendo con la estúpida de mi hermana-

-Jajajaja si, muchas veces me he cuestionado lo mismo- confesaba -Pero no creo poder arreglar las cosas con ella, porque no puedo seguir ocultándole lo que hago como tampoco puedo decirle toda la verdad-

-Exacto- enfoco el rostro sonriente frente a ella -Tu lo has dicho hermana, no puedes decirle "toda" la verdad... Solo un poco- la veía señalándose a ella misma -Yo soy ese poco-

- ¿Y qué quieres que le diga? ¿Qué le responderás cuando pregunte donde has estado todo este tiempo? -

-Eso déjamelo a mí, pero tal vez viendo a esta hermosura decida confiar en ti de nuevo y entender un poco que no le ocultas cosas solo para lastimarla, sino que para proteger a la perfección de hermana menor que tienes- le lanzaba el cojín al rostro sin poder creer que esa idea no se le hubiese ocurrido antes a ella, no estaba tan mal después de todo y tampoco mentiría porque en parte si no podía contarle todo era por que debía proteger a su hermana.

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