CAPITULO 52.

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Intentaba moverse un poco pero cada vez que lo intentaba el dolor se volvía más insoportable, no deseaba despertar a Tamara porque sabía que estaba muy cansada por todo lo ocurrido, también recordaba que eran pocas las veces en las que podía dormir tranquilamente.

- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? - maldecía por lo bajo al ver como encendía la lampara de noche - ¿Quieres que apague el aire? ¿Está muy frío? -

-No... Duérmete- pedía acariciando el rostro preocupado de su cucaracha -No quería despertarte-

-No lo hiciste... Es solo que ya estoy acostumbrada a levantarme cada cierto tiempo para asegurarme que estés bien- escuchaba - ¿Te duele mucho? -

-Solo un poco- mentía -Intenta dormir de nuevo-

-No, quiero que tú también intentes- pedía con voz cansada - ¿Quieres hablar de algo? Ya no tengo sueño- la veía sentarse de un tirón - ¿Quieres comer algo? -

-No amor, estabas dormida hace un segundo ¿Cómo es que tienes tantas energías? -

-Le recuerdo comandante, que soy casi siete años menor que usted- soltaba -Es obvio que tengo  más energías que usted-

- ¿Quiere apostar? ¿Quiere que le recuerde quien era la primera en caer dormida después de hacer el amor? - preguntaba divertida-

- ¡Oye! Eso era porque tú no tenías piedad conmigo... Lo hacías como si el mañana no existiera- tiraba de Tamara suavemente para poder acomodarla en sus brazos -O como dicen por allí... Me dabas duro contra el muro- le era imposible contener la carcajada -Aunque debo decir que yo también lo hice un par de veces contigo-

-Espera a que me recupere de esta y sabrás lo que significa darte como cajón que no cierra- susurraba juguetona a su oído-

- ¡Comandante Spencer! - gritaba Tamara sonrojada - ¡¿Qué cosas dice?!-

-Puedo demostrártelo ahora, si me dejas- tiraba de ella nuevamente para besar sus labios con desesperación, sonreía al sentir la lengua de su novia invadir su boca -Tomaré eso como un si-

-No- se apartaba de ella con suavidad -Por mucho que desee hacerlo ahora mismo... No podemos... Uno porque puedes terminar más lisiada de lo que ya estas y dos... Porque Ginny y Silvia duermen en la habitación de al lado y te recuerdo que gritas como si estuvieras perdida en el bosque-

- ¡Mentirosa! ¡Esa eres tú! -

-Jajajajajaja lo sé, solo quería ver tu rostro- sentía la caricia sobre su mejilla -Me encanta verte sonreír... Casi nunca lo haces ¿Por qué? ¿Siempre fuiste así? -

-Creo que no- confesaba apoyando su espalda en el respaldo de la cama -He llegado a la conclusión que de tantos golpes que la vida me ha dado que deje de disfrutar todo lo bueno que ocurría a mi alrededor... O bueno... Eso pensaba y luego una asquerosa cucaracha se cruzó en mi camino-

- ¿Es lo más romántico que se te ocurre decir? - preguntaba Tamara con molestia - ¡Vaya cosa! -

-Tú sabes a lo que me refiero...- decía acariciando su rostro -Siempre pensé que después de la muerte de mis padres o de la traición de mi prima la vida no tenía nada especial para mí y aunque te parezca tonto... Encontrarte ilumino mi vida-

-Eso si lo acepto- mordía su labio inferior sonrojada -Ves que no cuesta nada decir cosas lindas-

-Cucaracha... Tú a penas y me llamas por mi nombre- soltaba.

-No es cierto, a veces te digo mi amor, mi cielo... Mi vida- sonreía un poco -No lo niegas por lo que yo tengo la razón-

-Tal vez- decía.

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