CAPITULO 13.

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Aida refugiaba sus manos en los bolsillos del abrigo observando cada tanto el rostro serio como siempre de Helena, no podía evitar pensar que su regalo era poca cosa en comparación al que ella recibió. Esa misma tarde con ayuda de Camila y Daniela logro ingresar al apartamento de Helena para poder acomodar prepara la sorpresa pero ¿Y si no le gustaba?

- ¿Qué le pasa a esta cosa? - Helena presionaba los botones del elevador nuevamente.

-Creo que solo uno está funcionando- se colgaba del brazo de Helena apreciando lo perfecta que era - ¿No tienes frio? -

-Solo un poco- escuchaba -Pronto estaremos en casa y cuando comience a romper ese vestido no dudes que entrare en calor-

- ¿Aun piensas en eso? Pensé que estabas cansada- decía mientras entraban al elevador.

-Nunca para ti- sentia la caricia sobre su hombro -Aun no amanece así que tenemos mucho tiempo-

-Si tú lo dices, apuesto que serás la primera en caer dormida- bromeaba mientras caminaban hacia el apartamento, cada vez se sentia más nerviosa ya que Helena pronto seria hora de entregarle su sorpresa.

-Puedes encender tu árbol si gustas- escucho mientras la vio perderse en la cocina, colocaba el abrigo en el perchero y se apresuraba a buscar el obsequio - ¿Dónde estás? - escucho desde la sala de estar.

-Estoy preparando tu regalo- decía nerviosa.

-Aida Lars, te dije que no gastaras en regalos, no hay nada que no desee que no pueda comprar- puso los ojos en blanco ya que esa fue la frase que Helena se encargó de repetir todo el mes -Aunque si eres tú desnuda sobre un reno, no me quejaría-

-Cállate y espera- ordenaba desde el estudio -Saldré en un momento- observo una última vez el cuadro asegurándose que todo estuviera en orden -¿Estás lista? -

-Ya me estoy desvistiendo- se sonrojo de golpe al imaginársela.

- ¡Helena! - gritaba con molestia.

-Es broma- escucho -Pero más vale que tu si vengas desnuda- salía lentamente con el enorme cuadro notando a Helena bebiendo una cerveza mientras la enfocaba con seriedad.

-Se que dijiste que no querías nada, porque según tú puedes comprar lo que quieras y pueda que si- sonreía nerviosa -Pero que conste que moví cielo y tierra para poder conseguirlo, no se compara con lo que tú me has dado pero...- tomaba un poco de aire al ver la sonrisa de Helena -Realmente espero que te guste...- le daba vuelta al enorme cuadro que cargaba notando la sonrisa desvanecerse poco a poco -Feliz navidad amor- la veía colocar la cerveza en el suelo y acercarse lentamente sin despegarle la vista al cuadro.

-Aida...- los ojos grises se llenaban de lágrimas sin poder creer lo que sostenía en sus manos -Son... Son mis padres... Es la foto del museo... ¿Cómo? -

-No te puedo decir cómo, pero si te puedo asegurar que un restaurador de fotografías me ayudó muchísimo para poder afinar detalles- decía emocionada - ¿Te gusta? -

-Esto... Casi nunca me quedo sin palabras, pero esto...- la vio morderse el labio -Mira a mamá... Su vestido y papá...- Helena limpiaba su rostro fuertemente intentando ocultar sus lágrimas -No tengo como agradecerte... Es el mejor regalo que alguien pudo darme- los ojos grises la miraban con amor -Gracias...- rodeaba la cintura de Helena apoyando su cabeza sobre su hombro.

-No tienes por qué agradecerme- decía dando un suave beso en su hombro -Soy feliz que te haya gustado-

-Me encanto- escucho -Ahora pienso que un carro se queda corto con esto- la veía reír un poco.

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