Aida se daba un último vistazo en el enorme espejo pensando que tal vez esos zapatos la cansarían muy rápido, pero eran demasiado hermosos para dejarlos guardados en la caja otra semana. Reviso que su vestido y maquillaje estuvieran en orden antes de salir.
Un ex capitán del escuadrón al que las chicas pertenecieron se retiraba del ejército y sus compañeros decidieron hacer una fiesta para darle una despedida digna, Camila, Vanessa, Andrea y su mujer serían las invitadas de honor ya que de ese grupo solo ellas y 16 más estaban aún con vida. La persona que las invito fue muy clara al decir que podían llevar a quienes ellas quisieran por lo que tanto las ex militares como sus amigas se preparaban para esa elegante cena.
Salía de su habitación lentamente notando como Diana y Claudia conversaban por lo bajo, esas dos llevaban un tiempo actuando raro o tal vez ella lo veía así porque casi ya no pasaba con ellas.
-Aida- decía Diana separándose de Claudia - ¡Te ves hermosa! -
-Siempre que Aida se arregla nosotras parecemos mucamas- bromeaba Claudia.
-Chicas, no sean así todas nos vemos bonitas- decía sonrojada -Wow- abría la boca viendo a Daniela salir de su habitación con un vestido largo y el cabello recogido -Estas...-
-Buenota- terminaba Claudia -Creo que mejor no voy-
- ¡No sean locas! - gritaba Daniela -Todas nos vemos hermosas, creo que deberíamos sacarnos una foto-
-Estoy de acuerdo- agregaba Diana.
-Yo la tomare- Daniela sacaba su móvil y lo colocaba en modo selfie -Claudia, sin hacer caras tontas-
-Ya hasta suenas como Camila- bromeaba Clau.
-Te ves linda sin hacer muecas- escuchaba a Diana por lo bajo y eso le parecía muy extraño. No supo cuántas fotos les tomo a sus amigas y cuantas le sacaron a ella. No entendía porque esa cercanía tan repentina de Diana y Claudia pero no quiso perder la oportunidad para sacarles fotos desprevenidas ya que sabía que podía analizarlas después. Escuchaban suaves golpes a la puerta y Daniela se apresuraba a abrir.
-No me jodas- decía y reconoció el "hola negra" al otro lado de la puerta - ¡¿Cómo mierdas haces para mantenerte así?! Se me hace que matas a jóvenes vírgenes para beber su sangre, hace unas semanas parecías un muerto viviente y mírate ahora, te odio-
-Yo que culpa que tu tengas que pasar días arreglándote para lograr verte mas o menos- reía por lo bajo al escuchar la voz de Helena -No te ves mal negra-
-Amor deja de molestar a...- tragaba grueso al verla apoyada en el marco de la puerta, por primera vez sentía los mismos deseos desenfrenados de rasgar el vestido de su mujer para poder devorarla por completo.
-Mi amor- la veía acercarse a paso lento y le era imposible apartarle la vista de encima, sintió como rodeaba su cintura inclinándose para besarla suavemente -Te ves exquisita- susurraba sobre su boca -Ese vestido...-
-Lo mismo digo, hoy seré yo quien te lo rompa- decía alejándose para observarla mejor -Te ves tan... Bien- decía pasando sus manos por el pecho y hombros descubiertos de Helena, incluso los tan conocidos tatuajes lograban despertar sus deseos.
-Podría comerte toda- escuchaba suavemente a su oído -Podemos aprovechar antes de llegar al hotel...-
-Tal vez- respondía abrazándola y podía sentir sus perfuma invadir su ser -Oh Helena... Te deseo tanto-
- ¡Búsquense un puto cuarto! - gritaba Camila desde la entrada, se separaba de su mujer y ambas reían fuertemente al ver el rostro de Daniela, podían jurar que le sangraría la nariz en ese momento.

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Nuestro Tiempo
RomanceAida Lars decide darle un giro a su vida al mudarse a una nueva ciudad, conocerá a muchas personas que le enseñaran que todo puede mejorar si se rodea de las personas correctas, aprenderá a amar y se entregara completamente a esa mujer que ha robado...