Una semana había pasado desde la última vez que vio a Helena, según escucho por unos compañeros de trabajo se encontraba en un viaje de negocios y no regresaría hasta la próxima semana, suspiro agradecida de no tener que luchar con los pensamientos absurdos que se cruzaban por su mente cada vez que recordaba la mirada gris.
-Aida- alzo la vista para enfocar a Vanessa quien la llamaba a su oficina.
-Dime- decía colocando una carpeta sobre el escritorio.
- ¿Estás lista? - pregunto -En diez minutos saldremos al almuerzo con el señor Brown-
-Lo estoy- respondía segura -Iré por mi bolso-
El chofer las esperaba con la puerta de la camioneta abierta, Vanessa le daba una última revisada al informe y podía reconocer el nerviosismo en su cuerpo ya que no dejaba de mover las piernas.
-Este será mi último intento- escucho -Helena se puede ir a la mierda después de esto-
-Todo saldrá bien- dijo por lo bajo sin entender la última parte -Confiemos en el buen juicio del señor Brown-
La camioneta se estacionaba frente a un lujoso restaurante y ambas caminaban al interior y buscaban la mesa más alejada donde se encontraba un hombre mayor, un poco gordo y calvo quien miraba a través del enorme ventanal.
-Señor Brown- saludaba Vanessa.
-Señorita Anderson- respondía el hombre poniéndose de pie y besando la delgada mano de Vanessa - ¿Y esta hermosura quién es? -
-Ha comenzado a trabajar para nosotros, créame es lo mejor de lo mejor que hemos encontrar-
-Aida Lars- saludaba y tomaban asiento en la pequeña mesa.
-Agradezco mucho no tener que verle la cara a la maldita de su jefa- el comentario la sobresalto y noto la incomodidad en el rostro de Vanessa - ¿No le ha contado querida? - pregunto el hombre -Tu jefa, se acostó con mi nueva mujer a semanas de haber regresado de luna de miel, por lo que eso es más que suficiente para negarle mi compañía ¿Cuándo entenderán? Bandek es una niña caprichosa que no puede aceptar que mi mujer decidiera quedarse conmigo y no con ella jajajaja- reía el hombre y su mente se quedaba en blanco por un momento.
-Señor Brown, le pido que mantengamos esta reunión en un tono profesional- pedía Vanessa con tono serio.
-Querida, cualquier perra que se revuelque con la mujer de otro no merece respeto alguno- exclamaba el señor Brown -La única razón por la que acepte reunirme contigo es porque sé que ella pagara mi comida- el tipo le comenzó a parecer de lo más asqueroso y no solo porque estaba hablando pestes de Helena, sino que su forma de actuar y su falta de modales lo hacía ser un completo asco.
-Bueno, entonces creo que nosotras no tenemos nada más que discutir con usted- Vanessa se incorporaba rápidamente dejándolo con la palabra en la boca -Y solo para su conocimiento y tranquilidad, Helena no busco a su esposa, su esposa la siguió por toda la fiesta hasta que después de unas copas Bandek cayo ¿Y quién no? Su esposa es una mujerona hecha y derecha, yo que usted comienzo a rezar desde ya para que no lo abandone cuando se dé cuenta de los millones que desaparecerán de su cuenta en una semana cuando el banco absorba toda su empresa- decía con rabia -Vámonos Aida-
Noto como el hombre apenas y trataba de procesar la información, por más que intentaba no lograba articular palabra y ella se sentía como la espectadora en una sala de cine. Se levanto rápidamente e intento alcanzar a Vanessa no sin antes dar un último vistazo al hombre destrozado que dejaban en la mesa.
-Vanessa- decía deteniéndose en la recepción del restaurante - ¿Qué tanto desea Helena tener esas empresas? - los ojos marrones de Vanessa la enfocaban confundida.

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Nuestro Tiempo
RomanceAida Lars decide darle un giro a su vida al mudarse a una nueva ciudad, conocerá a muchas personas que le enseñaran que todo puede mejorar si se rodea de las personas correctas, aprenderá a amar y se entregara completamente a esa mujer que ha robado...