Nuestro Tiempo

CAPITULO 1.

El aeropuerto estaba a reventar, muchos vuelos atrasados y otros cancelados debido al mal clima, para su suerte su vuelo fue uno de los últimos en ser despachados se encamino a recoger su equipaje para luego encontrarse con su amiga Diana, la cual había prometido recogerla ese día. No recordaba cuando fue la última vez que se vieron, Diana fue su mejor amiga en tiempos de colegio y nunca perdieron la comunicación a pesar que estudiaron en distintas universidades.

Camino por los pasillos del aeropuerto preguntando cada tanto donde se encontraba la salida, después de todo era su primera vez en esa ciudad. Ciudad donde comenzaría una nueva después de haber finalizado su carrera, a diferencia de todas sus amigas y compañeras a ella le había tocado trabajar y estudiar a la vez, por lo que una carrera que de 5 años termino siendo de 8 y ahora finalmente con veinticuatro años decidió tomar las riendas de su vida y dejar todo lo que la mantenía atada a esa vida.

Su madre murió cuando ella tenía seis años, su padre se casó con una mujer la cual era viuda igual que él, su madrastra tenía 3 hijas de diferente matrimonio con las cuales no compartía ningún momento agradable. Su padre murió hace 10 años y dado a que era menor de edad y no tenía a nadie más la custodia fue dada a su madrastra, su vida a partir de ese momento fue una pesadilla. Su madrastra tomo la iniciativa de gastarse la fortuna y ahorro de su padre, todo lo que él había luchado por alcanzar se terminó en menos de 4 años. El dinero no alcanzo para pagar su universidad, pero si para el apartamento de lujo de Aura, no alcanzaba para su comida, pero si para el auto último modelo de Giselle. Su ropa siempre fueron los trapos que sus hermanastras dejaban de usar.

Había decidido hacer borrón y cuenta nueva, a pesar de que no conocía otro lugar que la ciudad donde nació no dudo ningún momento en aplicar a ese puesto de trabajo sin importarle que la empresa se encontraba al otro lado del país y gracias a que Diana tenía tiempos de haberse mudado le ofreció un cuarto en su departamento el cual compartía con dos chicas más. No podía explicar con palabras la emoción que sentía, era una mezcla de ilusión con temor lo que invadía su cuerpo, el recibir esa llamada y ser seleccionada para una segunda entrevista había sido más que suficiente para dejar esa vida de luchas constantes y finalmente ver la luz que tanto deseaba. Deseaba ese trabajo, pero eso no quitaba la posibilidad de que no la centraran cosa que en el momento poco le importo ya que el paso que había dado no era de retroceso, estaba decidida a no dejarse tambalear por las cosas que pudieran ocurrirle de ahora en adelante.

- ¡Aida! ¡Por aquí! – pudo reconocer a Diana quien extendía un pequeño cartel que decía "Bienvenida a casa Aida". Ambas se envolvían en un cálido abrazo el cual era acompañado de risas y lágrimas -No sabes qué lindo es volver a verte-

-Diana... Gracias por recibirme, gracias por no dejarme sola- respondía alejándose para observar a su amiga quien limpiaba sus lágrimas emocionada.

-Ocho años han sido demasiado- decía Diana -Apresurémonos, hay tanto de lo que tenemos que hablar- los cabellos rojos de su amiga se movían a los compas del viento y sus ojos verdes la veían con emoción y cariño al tiempo que ambas subían el equipaje en la parte trasera del coche.

-Diana, estas muy hermosa- agregaba -Ese look te queda muy bien-

-Lo sé- respondía su amiga y ambas estallaban en carcajadas -Tu no cambias amiga, siempre hermosa. Debo decir que me encanta como te has dejado el cabello, en nuestros tiempos de cole recuerdo que parecías un chico con ese corte que tu madrastra siempre te hacia- decía divertida.

-Lo recuerdo- agregaba -Decidí dejármelo crecer tú sabes, siempre buscando cambios-

-Me encanta- decía Diana mientras ambas subían al coche - ¿Cómo estuvo el viaje? -