CAPITULO 9.

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Aida caminaba de un lado a otro observando la hora en el enorme reloj de pared, Diana y Claudia dormían en el sofá, Daniela al igual que ella no podían encontrar tranquilidad. El solo hecho de recordar los sucesos le provocaba nauseas, Daniela apenas había dicho unas cuantas palabras.

-Señoritas les he hecho unos tecitos- la ama de llaves aparecía de la cocina con una bandeja -Esto ayudara a que sus nervios se tranquilicen-

- ¿Sabe algo de ellas? - preguntaba Daniela - ¿Estarán bien? -

-Por supuesto- respondía con cariño -No tardaran en venir- escucharon la puerta principal abrirse y pudo ver a Andrea y a Vanessa entrar a paso lento, seguidas por Camila quien tenía su brazo vendado y su somos buscaban con desesperación a Helena.

-Hola chicas- saludaba Vanessa como si nada.

-Helena- gritaba acercándose a toda prisa a su novia, revisaba su brazos - ¿Estas bien? - los ojos grises la veían con dulzura -Tu rostro... Tu frente ¿Qué paso? - preguntaba preocupada al ver el parche en la frente de Helena.

-Estoy bien- respondía - ¿Cómo están ustedes? -

-Eso no importa- decía - ¿Qué te paso? ¿Ya te revisaron? - asentía.

-Señoritas- la ama de llaves encendía la tv y la noticia ahora estaba en todos los canales.

- ¿Quieres descansar? - susurraba Helena a su oído.

- ¿Desean que les prepare algo de desayuno? - preguntaba la señora.

-Comería unos huevos revueltos, tocino y hot cakes- añadía Camila.

-Solo quiero estar contigo- respondía Helena acariciando sus brazos.

-Chicas- Andrea aparecía detrás de ellas -El cuarto de huéspedes esta libre por si quieren descansar- sugería guiñando un ojo.

-Andrea, cariño- Vanessa llamaba desde el comedor, pudo ver a Daniela conversando con Camila mientras se disculpaba una y otra vez por su comportamiento.

-Esos huevos no suenan mal- susurraba Helena - ¿Vamos al cuarto? - asentía mientras tomaba su mano y caminaban en silencio, podía ver rastros de sangre en su brazo y también algunos rasguños en su cuello -Creo que tengo algo de ropa aquí- escucho.

-Helena...- se detenía antes de entrar observando el rostro despreocupado -Esa sangre no es tuya... ¿Te peleaste con alguien? -

-Hablaremos de eso, pero no ahora ¿sí? - sintió la caricia en su mejilla -Ven- entraban a la enorme habitación que era casi del tamaño de su apartamento -Debes estar cansada ¿Por qué no te recuestas un momento en lo que me doy un baño? -

-No lo estoy- mentía mientras sentía como tomaba su cintura y la acodaba en la cama, la vio quitarle los tacones con delicadeza mientras daba suaves besos en sus pantorrillas -Helena...- dejaba escapar sonrojada.

-Te buscare algo cómodo, por el momento no podemos irnos hasta que vengan a tomarnos declaraciones a todas- escucho.

- ¿Quiénes las atacaron? - pregunto en medio de un bostezo, su cuerpo les pedía a gritos acomodarse.

-Estas cansada amor- sintió un beso en su frente -Aun no lo sabemos, pero pronto descubriremos. No tienes que preocuparte por eso-

-Cerrare los ojos un ratitito- decía mientras escuchaba el aire acondicionado encenderse y a Helena cubriéndola con la sabana -Helena... Te quiero- sonrió al sentir los labios sobre su mejilla y fue que poco a poco cerro los ojos dejándose envolver en el sueño pesado.

No supo cuántas horas pasaron desde que cayó en el profundo sueño, la hora ya pasaba de las 2 de la tarde, ni siquiera pudo ponerse el short y la camisa que Helena había buscado. Decidido darse una ducha antes de salir nuevamente, se cambió con la ropa de Helena disfrutando el delicioso aroma, la blusa le quedaba un poco grande pero poco le importo. Salió de la habitación escuchando las risas provenientes del jardín, pudo ver a Claudia con un delantal mientras Diana sostenía un plato y Andrea supervisaba la parrilla. Daniela conversaba con Camila, no sabía si era producto de la siesta o de todos los sucesos de la noche anterior pero esas dos comenzaban a ser muy unidas. Vio a Vanessa acomodar unas sillas cerca de la alberca y sus ojos finalmente enfocaron a Helena vestía unos pantaloncillos cortos y una camiseta de mangas cortas que dejaban a la vista sus hermosos tatuajes, como siempre fumaba un cigarro mientras hacia el intento de ayudar a Vanessa, sus miradas se cruzaron por un segundo y ambas sonreían antes de encontrarse.

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