CAPITULO 36.

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"Aida ¡Estas embarazada!" La voz de Claudia seguía resonando en su cabeza mientras enfocaba el rostro sorprendido de Helena a su lado, sus ojos grises estaban abiertos como platos y su boca formaba una pequeña "o".

-Amor...- susurraba intentando llamar su atención, pero no funcionaba -Helena...- apretaba un poco su mano - ¡Bandek! - los ojos grises se posaban en ella con preocupación - ¿Qué sucede? -

-Un bebé... Tú... Yo... Un bebé- la voz de su mujer comenzaba a cortarse poco a poco -Aida... Un bebé-

-Si mi amor- decía acariciando el hermoso rostro -Tendremos un bebé...- la veía limpiarse los ojos rápidamente -Este día has llorado mucho...-

-No puedo explicarte como me siento- sentía como tomaba sus manos y las besaba con ternura para después acariciar su vientre -Un bebé...- mordía su labio inferior intentando contener las lágrimas de felicidad también y colocaba una mano sobre la de Helena.

-Ven...- se acercaba para devorar la boca de su mujer, ahora entendía perfectamente de porque la desesperación que sentía por estar con ella los últimos días -Te amo Helena Bandek-

-Regresé- Claudia entraba nuevamente -He logrado conseguirles una consulta para que te realicen una ultra y puedan ver a su pequeño frijolito, Aida con respecto a la pregunta que tenías antes, muchas veces las pruebas de embarazo que venden en las farmacias no son las mejores y para estar mas seguras recomendamos que te realices una prueba de sangre, que fue lo que hicimos cuando te trajeron y sin duda alguna, llevas un pedacito de Bandek en tu vientre-

-Claudia creo que no tenemos que pedirte que no digas nada por el momento, no es que deseos ocultar esto, pero...-

-No te preocupes Bandek- escuchaban -Entiendo a la perfección y créeme, valoro mucho que hayas guardado mi secreto con Diana así que yo respetare y el tiempo que ustedes decidan revelar esta magnífica noticia estaré con ustedes para celebrarlo-

-Gracias Clau- decía acariciando la mano de su amiga.

-Amiga... Felicidades, apuesto que será un bebé muy hermoso, ambas tienen genes muy bonitos- decía por lo bajo.

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Camila terminaba de colocarle el hermoso trajecito a la pequeña Olivia, los ojitos claros se fijaban en ella y no pudo evitar recordar cuando Lena estaba de esa edad, Ellie y ella podían pasar horas contemplando el hermoso rostro de su bebé, mordía su labio inferior recordando el sueño que tuvo estando inconsciente y lo real que se había sentido.

-Mamá- se giraba enfocando a Lena - ¿Puedo ver a mi prima Livi? - preguntaba emocionada.

-Claro mi vida, ven- la tomaba en sus brazos y besaba la mejilla pecosa, definitivamente Lena comenzaba a parecerse más a Ellie -Te quiero mi amor-

-Y yo a ti mamá- sentía los bracitos rodear su cuello y el suave beso en su mejilla -Mamá mira que chiquititas son sus manos, mira su naricita ¿Así era yo? - preguntaba con inocencia.

-Si cariño, pero tú tenías muchas pecas hermosas- susurraba -Un día tu mamá Ellie y yo quisimos contarlas todas- reía por lo bajo.

-Mamá... ¿Crees que mamá Ellie me quería? - se sorprendía ante la pregunta de su hija.

-Claro que si... ¿Por qué preguntas eso? - cuestionaba preocupada.

-Porque nos dejó solas mamás...- tragaba grueso sin poder encontrar las palabras para responderle.

-Mi amor...- susurraba bajándola a medida se arrodillaba frente a ella -Mamá Ellie no nos dejó solas... ¿Sabes porque?- los ojitos verdes la enfocaban con curiosidad -Porque ella se quedó para siempre aquí- tomaba la manita y se la llevaba a su pecho -Y aquí- ella colocaba una mano sobre el pecho de Lena -Tu mamá Ellie y yo te deseamos desde siempre, no te imaginas cuanto celebramos cuando descubrimos que estabas creciendo aquí- musitaba tocándose su estómago -Tu mami Ellie no te dejo sola... Porque ella siempre vivirá en ti y en mí, cuando pienses en eso solo mírate en el espejo mi vida... Ella está contigo, siempre-

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