CAPITULO 63.

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Terminaba de ordenar la sala de estar debido a que esa tarde recibiría la visita de alguien muy especial e importante para ella, se aseguraba de guardar todas las cosas que podrían llamar la atención de su visita.

-Hola- sonreía emocionada al escuchar la voz de su mejor amiga en la entrada -Estamos en casa-

- ¡Aida! - gritaba acercándose a abrazar a las rubias -Hola Amelia... ¿Estás feliz de ver a la tía Diana? ¿Puedo? - preguntaba extendiendo sus brazos.

-Claro que sí, ve con tía Diana- decía Aida pasándole a su hija -Wow Diana la casa está quedando increíble-

-Oh Aida. Quiero uno de estos- decía abrazando a Amelia quien la veía con seriedad -Madre mía entre más crece más luce como Helena-

-No lo digas, es lo que escucho todo el tiempo, me encanta el color de la cocina, no sabía que Claudia tenía tan buen gusto-

-Claudia es perfecta- agregaba sonrojada -Hay tantas cosas que aún descubro de ella y siempre terminan pareciéndome fascinantes... ¿Es esto lo que dicen estar enamorada? - preguntaba divertida -Amelia a ver una sonrisa para la tía, Aida no es por nada pero comienzo a verle rasgos tuyos, no los ojos claro... Pero si su boquita, su naricita, aunque viéndola mejor...-

-Cállate- reía fuertemente al percibir la frustración en la voz de su amiga -Oh, pero a quien trato de engañar, estoy enamorada de mi hija-

-Amiga es muy bonita, me imagino que ya está haciendo cosas nuevas, dime que tu esposa está loca por ella-

-Helena se muere por ella y Amelia se desvive por su mamá- escuchaba -Tendrías que verlas, duermen de la misma forma... Siento que el cielo me ha regalado una versión miniatura de Helena... Y no sabes lo feliz que me siento por eso-

-Aida yo también estoy feliz por ti, amiga esta era la felicidad que le pedía al cielo para ti y verte tan completa me hace sentir más que satisfecha- susurraba besando la manito de Amelia quien recorría el lugar con los hermosos ojos grises - ¿Cómo esta Ginny? -

-Diana... Mi madre... Todo parece un sueño, Amelia, mi madre, Helena... Pareciera que se tratase de una ilusión ¿sabes? Es como si estuviera en un hermoso sueño en el cual todo es perfecto, en el cual no existen tristezas, miedos... Solo felicidad...-

-No es un sueño amiga, es tu vida ahora... Recuerdas una noche que veíamos las estrellas en el jardín de mi casa y tú pedias deseos...- enfocaba el rostro confundido de su mejor amiga - ¿No? Nunca olvidare ese día, yo pedía un pony, otro perro, pero tú... Tú solo pedias ser feliz, tu pedías tener una familia que te quisiera y recuerdo que suplicabas despertar de esa pesadilla, Aida... Teníamos 14 años apenas...-

-Lo recuerdo...- escuchaba por lo bajo.

-Mírate ahora... Tienes todo eso- decía acercándose para tomar la mano de su mejor amiga -Yo sabía que tarde o temprano encontrarías tu felicidad-

-Y sabes perfectamente que si la encontré fue por ti y nadie más...-

-No digas eso, me harás llorar- pedía -Mejor cuéntame ¿Cómo va el trabajo? Escuche que ya regresaste a la oficina-

-Si, pero todo se mantiene igual, junta tras junta, me desespero por ver este hermoso rostro- decía besando las mejillas de Amelia quien soltaba una suave risa.

-Oh Dios mío... Es ronca... No puede ser que hasta eso haya heredado de Bandek-

-Si amiga... Lo repito, mi hija es un clon de Helena- decía Aida - ¿Claudia esta de turno? -

-Así es, será una tarde de chicas ¿No Amelia? - bromeaba.

-Necesito que me cuentes como es tu vida de casada- pedía Aida.

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