Había llegado minutos antes de la hora acordada, Diana insistió en que usara uno de sus vestidos más elegantes, acto seguido sugirió rizar su cabello un poco y su concepto de "aplicar un poco de maquillaje" para ella había sido exagerado. Observo las personas sentadas en las mesas a su alrededor y todas derrochaban elegancia, el lugar en si era parecido al de los millonarios que veía en las series o películas. Ni en sus más remotos sueños imagino conocer ese mundo.
-Perdona la tardanza- enfoco el rostro sonriente de Helena quien vestía un saco negro en el cual lucia más hermosa que de costumbre -El tráfico de los lunes es un asco-
-Si- respondía nerviosa - ¿Vanessa viene con usted? -
-Me llamo hace unos minutos que tenía algo pendiente y podría retrasarse un poco- se sentaba frente a ella - ¿Esperaste mucho? -
-No- negaba tomando un poco de agua -Este lugar es muy hermoso-
- ¿Sí? Es la primera vez que estoy aquí, si me preguntas prefiero los lugares más sencillos. Suelo sentirme un poco fuera de lugar al estar rodeadas de estas personas- la vio leer el menú detenidamente apreciando cada gesto y mueca de su acompañando.
-La comida luce deliciosa- añadía.
- ¿Ya decidiste que comerás? - negaba volviendo la vista al menú y muchas de las cosas en él no lograba si quiera pronunciarlas.
-Es muy caro- respondía por lo bajo.
-Eso es lo de menos- escucho -Estamos aquí para celebrar tu logro, nuestro logro si así lo quieres ver- decía divertida.
La mesera llegaba con una copa botella de vino y no pudo evitar notar la mirada maliciosa que le dirigía a su acompañante, Helena sonreía al parecer también lo había notado.
-Mi nombre es Azucena y estaré atendiéndolas esta noche- la mesera con tono un tanto seductor - ¿Algo para comenzar? - se inclinaba un poco a Helena.
- ¿Aida? - los ojos grises la veían con ternura.
-Creo que una ensalada estaría bien- sintió la mirada molesta de la mesera.
-Trae lo que todo lo que pida- ordenaba con amabilidad Helena mientras llevaba la copa de vino a sus labios, "es tan sexy" pensó.
-Así será- la mesera hacia una pequeña reverencia mientras se alejaba de la mesa.
-Suele tener ese efecto en las personas ¿sabe? - bromeaba.
- ¿Qué efecto? - la vio apoyar sus codos a la mesa e inclinarse un poco a ella.
-Deslumbrar a las personas, la pobre mesera apenas y podía tomar la orden- decía divertida.
- ¿A ti te deslumbre? - pregunto con tono serio haciendo que todo su mundo se tambaleara ante esa mirada.
-Aquí está la ensalada- al mesera aparecía en el momento indicado - ¿Listas para la orden? -
-Tráenos dos de los mejores platos que tengas- ordenaba Helena sin mirar a la mesera.
-Enseguida- la veía alejarse mientras probaba el vino por primera vez.
-Esta rico- intentaba desviar el tema -Los vinos que probé antes sabían muy amargos-
- ¿Sí? A mi este me pareció muy dulce- reía divertida -Y bien Aida Lars ¿Cuál es tu historia? - preguntaba curiosa.
-Oh no, no se preocupe no quiero arruinar el momento hablándole de mi vida- respondía con timidez.
- ¿Arruinar? Creo que nada podría arruinarnos este momento- agregaba - ¿Es cierto que dejaste tu vida atrás solo por aplicar a mi empresa? -
-Es una historia muy larga y aburrida- insistió, pero la mirada gris la retaba y sabía perfectamente que tarde o temprano tendría que ser - ¿Realmente quiere escucharla? -

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Nuestro Tiempo
RomansaAida Lars decide darle un giro a su vida al mudarse a una nueva ciudad, conocerá a muchas personas que le enseñaran que todo puede mejorar si se rodea de las personas correctas, aprenderá a amar y se entregara completamente a esa mujer que ha robado...