XLIX "Confesiones"

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Lucía POV

Valentina Sofía Villanueva era la mujer más hermosa y bipolar que había conocido, ayer la tenía completamente embobada mientras le decía todo lo que sentía por ella y nos besabamos con... amor... y ahora esta con el ceño fruncido hace más de seis horas, caminando a mi lado con paso enojado.

Lo que más me sorprende es que en lo que llevamos de día, no se paró a ver ni un solo vestido o prenda de ropa ostentoso que se exhibiera en las tiendas. Esta mujer estaba loca.

Carlota y Lidia ya hace dos horas que desistieron de alegrarla o cambiarle un poco la cara, la morocha pago todo el almuerzo y la rubia le compro más de tres camisas distintas, pero Valentina sigue sin inmutarse.

Ya eran cerca de las 8 o 9 de la noche, esto nos daba tiempo para cenar en algún lugar de comida rápida e irnos al hotel, ya que había que ordenar los equipajes.

--¡Joder!, ¡Mirad allí!.--habló Carlota eufórica, señalando lo que momentos después, todas sabríamos que era una especie de "Ciber" con maquinas viejas de videojuegos, Pool, autos de choque y demás...--¿Podemos cenar allí y pasarla bien en los juegos?, vamos, es nuestra última noche...

Lidia y yo nos miramos interrogantes, para luego pasar a Valentina, que seguía en su mundo de caras enojadas. Ambas asentimos y corrimos junto a la rubia para empezar a jugar en las maquinitas.

El lugar era fascinante, estaba lleno de luces de colores y Pósters de videojuegos clásicos, había un sector para juegos de terror, para los de acción, sector de niños, y un lugar en el que podíamos intercambiar los boletos que cada uno ganaba cuando se jugaba algún juego.

Estába jugando Street Figther junto a Carlota cuándo escuché a Valentina soltar un resoplido de molestia detrás mío, esto hizo que la rubia lograra ganarme.

Automáticamente me giré sin darle importancia a las burlas de Victoria que venían de mi amiga y agarre a Valentina de la muñeca, arrastrandola a un pasillo desierto del Arcade.

--¿Que hace...?-- reprochó la gallega con el ceño completamente fruncido, pero la corte súbitamente.

--No voy a dejar que arruines la última noche que tengo en México con tus caprichos de nena mimada, es la primera vez que me puedo divertir en semanas, y tu actitud de mierda me esta sacando los buenos ánimos.-- empecé observandole a los ojos y viendo como su gesto enojado decaia poco a poco.-- no se lo que te pasa, pero espero que puedas solucionarlo, hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance para hacerte sentir mejor, y despreciaste cada una de esas cosas en este dia, así que, te pido por favor que me digas lo que te esta pasando, o me dejes disfrutar lo poco que me queda en este país.-- me volteé dispuesta a irme para seguir jugando.

--Lo-Lo siento tanto.-- escuché a Valentina quebrarse detrás de mi.-- No puedo dejar de pensar en mis sentimientos hacia ti, me abruma y enoja no poder encontrar palabras para corresponder lo que dijiste esta madrugada, cada vez que logro demostrar sentimientos hacia ti, lo arruino por completo, el no poder decir lo que siento, hace que mi ánimo cambie con el mundo, no pienso justificarme, es algo estupido... joder... ¿Porque mierda me es tan difícil?... Lucia, lo que dijiste cuando estábamos en la suit, ¿Verdaderamente sientes todo eso por una mierda como yo?.

Escuchar como se describía me hacia sentir puñales en el pecho. Mientras mi respiración se entrecortaba por descubrir que sus sentimientos y los mios eran los mismos.

--Si, cada palabra describe lo que siento cuando te veo todos los días de mi vida, todo lo que siento por vos.

Escuche como suspiraba agitada, tratando de controlar sus lagrimas.

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