IV "Compañeras" (1/2)

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Lucía POV

La alarma sonó y desperté con el cachorro todavía dormido en mis brazos. Me restregué los ojos mientras mi nueva mascota mordisqueaba la manga de mi remera jugueteando, revise la hora mientras lo acariciaba y salté de la cama al ver que eran las 9:30 AM y por lo que tenía entendido estábamos todos citados a las 10:00 AM en Aragón.

Tome una ducha helada para despertarme, le di de comer y le puse agua al animalito. Ni siquiera me alcanzó el tiempo para desayunar, eso es lo que más me dolía.

Llame un Uber, impaciente espere en la entrada del hotel, la mujer que conducía me saludo cuando entre al auto. Me dejó a las 9:57 AM en la entrada de la empresa, corrí tan rápido como mi fiaca me permitía mientras observaba los edificios con asombro. Es por eso que no me fijé y termine chocando con alguien, sentí el golpe pero de la desesperación no pude ni darme vuelta para verla.

—¡Mierda!— su enojo era entendible.

—¡Perdón!— grite y seguí corriendo, pero alcance a escuchar un "idiota" por parte de ella, eso me hizo reír.

Llegue 10:03 y fue desconcertante encontrarme con que no había nadie. Junto a la puerta de vidrio leí un cartel que decía "Charla con nuevos pasantes 11:00 AM".

Suspiré con fuerza y salí otra vez, encontrándome un Starbucks.

Entré al local y me acerqué a hacer el pedido.

—Hola, ¿en que puedo ayudarla?— preguntó un chico de ojo y cabello negros.

—Hola, un Capuchino y unas medialunas, por favor— al decir lo último me miro extrañado.—Ehh... creo que acá le dicen Croissant.— el morocho me sonrió, asintió y me sirvió la orden.

Me senté en una de las mesas a desayunar y saqué uno de los libros de Harry Potter.

—Hey, ¿Cómo te llamas?— Escuché la voz del pibe que me atendió a mis espaldas.

—Lucía.

—¿Qué haces?

¿No es obvio?

—Leo un libro.

—¿Sabes? Eh leído en Twitter que los libros no son tan buenos como pintan ¿Qué libro estas leyendo?— Bueno, me estoy preparando para otro comentario estúpido.

—Harry Potter y El Prisionero de Azkaban.

—Hugh, sobre todo ese tipo de libros, de Fantasía Infantíl, teniendo Internet, ¿Para que leer?, ¿Sabes algo más?, las mujeres leen más que los hombres en el mundo, seguro son los libros las que las vuelven tan histéricas.

—¿Que?—Hablé en un susurro sin poder creérmelo.

—Lo que dije, los libros son los que les dan a las mujeres esas actitudes rebeldes y progresistas, mírame a mí, no me quejo de nada y eso que sufro mucho por ser hombre, y es porque no leo.—Lo miré totalmente anonada. Soltó una sonrisa estúpida, apoyó una mano en el respaldar de mi silla y la otra en la mesa, inclinándose hacía mí, invadiendo de más mi espacio personal, y continuó.—¿Vez?, sé que mi intelecto impresiona, tal vez nunca conociste a nadie así, pero bueno, si quieres podemos salir a beber algo luego de mi turno, salgo en media hora hermosa, espérame ¿Quieres?

Y ahí se fue mi apetito.

Puse una mano en su pecho, empujándolo levemente.—No te me acerques, por favor, no quiero que se me pegue tu estupidez.—Hablé levantándome.—Andá a hacer tu trabajo y envolveme esto ¿Querés bombón?, así me puedo ir de acá y no volver nunca más.—Le sonreí inocentemente, señalando la mesa con el Café y las Medialunas.

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