LXVI "Egoísmo"

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Vale POV

El sonido de las llaves en la puerta me despertó abruptamente. Salté del sofá, alerta, para encontrarme con la mirada confundida de Lucía desde el umbral.

Mi cuerpo se destensó mientras que la rubia se acercaba a mi lado lentamente.

--¿Estás bien?-- preguntó con preocupación.

Gire mis ojos al reloj de pared, este marcaba las 4:30 pm, dormí todo el día.

Regrese mis ojos a ella y me lancé hacía su cuerpo, abrazándole fuertemente, escondiendo mi rostro en su cuello en un intento de obtener algún tipo de protección o tranquilidad.

Le conté todo, absolutamente todo con detalles, la hora exacta, los apodos que usaron entre ellos y describí sus voces lo mejor que pude.

Lucía devolvió mi abrazo, pegándome lo más posible a su cuerpo tenso y besando mi cabeza.

--Vamos a la Mansión, hay que contarle todo a Blaz.-- susurró cerca de mi oído.

Asentí levemente, apretando una última vez su cuerpo entre mis brazos y alejándome de ella para cambiarme e ir a mi antigua casa.

Al llegar, la mesa estaba preparada con café y galletas, parecía el escenario de una charla seria que duraría un buen rato.

Ambos rubios me abrazaron juntos, brindándome el mismo calor y apoyo que había recibido de Lucía minutos atrás. Para luego darme asiento en la mesa y pedir que les relatase lo mismo que a ella.

Tiempo después, comenzó el momento de decidir si tomaríamos medidas o aún no.

--Como ya sabemos que no se puede implicar a las autoridades federales o policiales, debemos actuar por nuestra cuenta. No podemos esperar a que encuentren tu departamento y te secuestren o asesinen, por lo tanto, hay que ser rápidos.--Habló el rubio.

--¿Como?-- contesté.

--Debemos encontrar la forma de contactar con esta mujer y realizar algún tipo de acuerdo, pagar su deuda o consultar los motivos de su odio hacía tus padres.

--¿De que forma hacemos eso?

--Aún no lo sé, no es muy sencillo, primero, debemos acordar una reunión con ella, pero eso sería demasiado peligroso, así que esto tardará mucho más tiempo.

--Y si logramos reunirnos, ¿Quién se supone que hable y que le va a decir exactamente?.-- preguntó Lucía.

--La persona que la mujer busca es a Valentina, por lo tanto, ella debería ser la que hable, y lo que tendría que preguntar es simple...

--El por que está trás nosotros y como logramos que deje de querer matarnos...-- terminé lentamente.

--Exacto.

--Entonces de cualquier forma, llegará el momento en el que tenga que estar cara a cara con la muerte, y además, tendré que negociar con ella.

Un pesado silencio se presentó en el ambiente.

--Exactamente...

Lucía tomó mi mano, apretándola con nerviosismo.

--Vale, cuando tengaís alguna pista de como contactarle, llamadme... entre más rápido terminemos con esto, será mejor.

Él asintió lentamente, sopesando mis palabras y observándome con preocupación, al igual que cuando raspaba mis rodillas y Blaz me consolaba en nuestra niñez.

--Es posible que... ella esté aquí en Barcelona.--soltó el hombre.

Lucía y yo nos tensamos al mismo tiempo, observándole sorprendidas.

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