XXIX "Propuestas"

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Lucía POV

Sentí unas lamidas pequeñas en mi brazo y al girarme encontre a Apolo observandome con ojos tristes, esos ojos que me recordaban tanto a Valentina, igual de exóticos y hermosos.

Agarré al cachorro en mis brazos y lo acaricie suavemente, enterrando mis dedos temblorosos en el pelaje blanco y negro de mi fiel amigo.

Escuche la puerta del baño abrirse y vi a Valentina salir de el, con otro pijama puesto y la piel un poco más colorida.

--¿Vamos a dormir?.

--¿Vamos?-- pregunté sorprendida.

La morocha asintio yendo a su pieza y esperándome sobre la cama, sus ojos estaban cansados, tenía sueño.

Me sente en frente de ella y le mire el semblante desgastado. Todavía así, me sorprendía que me siguiera pareciendo la mujer más hermosa del universo.

Nos recostamos enfrente la una de la otra, Val cerro los ojos por unos diez minutos y yo me quede observandola, su respiración era lenta y yo seguia temblando, segundos despues estiro sus manos a mi pecho atrayendome por la remera, yo le facilite el trabajo y me acerqué a su cuerpo, descanzo su cabeza en mi cuello y se abrazo a mi entrelazado nuestras piernas, yo la rodee con los brazos por sus hombros y aspire el aroma que soltaba su cabello.

--Te quiero...-- susurro en un largo suspiro metiéndose más en mi cuello.

Mi corazón comenzo a latir desenfrenado y yo trataba de calmarme para no despertar a la gallega, controle mis temblores y me inunde de el calor de su cuerpo, la acerqué mucho mas a mi, cerrando los ojos lentamente y dejandome caer entre los brazos de Morfeo, o, en este caso, de Valentina.

Vale POV

Desperté sintiendo a alguien abrazado a mi, sonreí inconscientemente al percatarme de que Lucía me tenía aprisionada en su cuerpo de forma tierna. Logre sacar uno de mis brazos y tomé mi móvil, eran las 12:10 PM, tenía cinco llamadas perdidas de Lidia más varios mensajes por parte de Carlota, después tendría que llamarlas para avisar que estabamos bien, y contarles lo que pasó ayer.

Deje mi móvil para concentrarme en la rubia, no podría explicar con palabras lo agradecida que estoy de sus actos de esta madrugada, nos debemos una charla profunda sobre lo que pasó, sobre todo, en realidad. Siento que ya no vale la pena seguir ocultandole secretos, siento que ya no puedo ocultarle nada, y más aún cuando mi corazón comienza a latir más rápido de lo normal con solo verla.

Luego de un rato comienza a moverse de forma cansada y yo aprovecho para abrazarla más fuerte, sus ojos se abren lentamente dejándome ver las orbes esmeraldas que desde hace semanas se aparecen en mis sueños.

--Hola...-- habló con voz ronca y por poco no le planto un beso en sus rosados labios.

--Hola Lu.

--¿Que hora es?.

--Son las 12:30-- respondí separandome un poco de ella.

--Vamos a almorzar, a las 2 tenemos la hora de visita en el hospital-- habló bostezando y salió de la cama con Apolo detras.

Al instante, Hades saltó a mis piernas y le acaricie la cabeza perdiendome en el pelaje negro que mi mascota tenía.

Sin prevenirlo, escenas de lo que pasó esta madrugada me llegaron a la cabeza, la desesperación de Lucía cuando escucho las palabras del doctor por el móvil, los carros y personas que pasaban delante mío en el trayecto al hospital, mi hermano conectado a todas esas máquinas que lo ayudaban a hacer lo que por si sólo debería realizar, como si fuese una simple marioneta, de apariencia fuerte y fragilidad absoluta.

Mis ojos se humedecieron y lágrimas silenciosas me bajaron de las mejillas, en ese momento Lucia entro sonriendo por la puerta, con una charola de Sándwiches hasta arriba. Me limpie los restos de líquido salado de la cara, pero parece que se dio cuenta, aunque no me dijese nada, note como su sonrisa decallo poco a poco.

--Hay... hay que comer antes de ir-- habló tímidamente.

--Por mi bien-- conteste esforzandome por darle una sonrisa sincera.

Una hora más tarde, estábamos alistandonos para visitar a Bruno en el hospital, estaba muy nerviosa, temblaba levemente y la taza que estaba usando estuvo a punto de caerse de mis manos unas tres veces.

Salimos de el departamento a el estacionamiento.

--Lu...

--¿Si?.

Le arroje las llaves del carro a la criolla y esta las tomo con una exprecion de sorpresa.

Ambas nos subimos al veiculo y Lucia comenzo a conducir rumbo al edificio que me daba escalofríos de solo pensar cual era, llegamos y ambas nos dirigimos a la recepción del hospital.

--Hola, venimos por Bruno Villanueva-- hable firmemente.

El chaval nos asintio y dejo que pasemos.

Comenzamos a caminar hacia la habitación de mi hermano, mi cuerpo empezo a temblar y Lucía lo noto, senti como su mano se entrelazaba con la mia, un pequeño choque eléctrico me recorrio la columna pero decidi ignorarlo, sin mirarla aprete su mano en señal de agradecimiento.

Llegamos a nuestro destino, nos intercepto una enfermera, le explicamos adonde ibamos y nos dejo pasar.

Lucía cerro la puerta tras de si soltando mi mano. Al girar el rostro, pude divisar a mi hermano conectado otra vez a cables y maquinas, pero esta vez, me estaba observando con una sonrisa en su rostro. Solte un sollozo de felicidad y corri a abrazar a ese idiota.

--N-no vuelvas a hacerme esto...-- dije colocando mi cabeza en su pecho.

--No lo hare...-- contesto mi hermano besandome la coronilla.

Luego de unos minutos la doctora Grey entro a la habitación.

--Buenas tardes chicas, necesito darles la informacion sobre el señor Villanueva.

Los tres asentimos de forma insegura.

--El pulmón esta correctamente suturado, las heridas curadas de forma exitosa, pero, aun no sabemos si volveras a caminar, tienes un arduo camino por delante, debemos seguir haciendo estudios, tendras que estar entre dos semanas o tres meses en el Hospital haciendo las rehabilitaciones, solo nos queda confiar en que tu cuerpo se podrá reponer de esta.

--Gracias Doctora-- hablo Lucía.

Grey asintio y salio de la habitación sin mas palabras.

--Eso solo nos deja una alternativa...-- hablo Bruno.

--¿De que hablas?-- conteste insegura.

--Tendras que encargarte de la empresa...-- respondio de forma firme.

Mis ojos se habrieron descomunalmente y las piernas me fallaron de tal forma que Lucía tuvo que reaccionar rapido para atraparme.

--Val, Valu, tranquilizate, no te espantes antes de tiempo ¿si?-- preguntó la Argentina observandome con esos ojos a los que no podia esconderles ya nada mas.

--Valentina tranquila, es solo una sugerencia, tu eres la persona a la que mas confianza le tengo, te confiaria mi vida... es tu decisión ¿aceptas?.

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