VII "Pesadillas"

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Lucía POV

Le pedí a Valentina que estacionara una cuadra antes de la heladería para poder caminar un poco y conocer Barcelona ya que no había salido desde que llegue por culpa de las lluvias.

No podía explicar lo hermoso que era todo, los edificios, las plazas, era todo lo que había soñado de España.

--Llegamos-- dice Valentina.

Yo asiento y entramos al local.

--Buenas noches señoritas, ¿que van a ordenar?-- esa era la encargada.

--Yo quiero un helado de dos sabores, chocolate y menta granizada--¿menta granizada?.

La encargada preparó el helado de Valentina y se lo dio. Yo miraba detenidamente sus facciones y gestos, me gustaba entender el lenguaje corporal de las personas. Se podía saber mucho con mirar las reacciones que tenía.

La encargada me llamó la atención con una sonrisa de complicidad, ya me estaba poniendo roja.

--Yo quiero un cucurucho de dos bochas también, una de capuchino y la otra de...-- dije pensando.

La encargada me observó con cara de no entender, al igual que Valentina.

--Disculpe señorita pero aquí no vendemos "cucuruchos".

--Ehhh.... perdón, quise decir helado-- contesté rascando mi nuca-- ¿Tenes dulce de leche?.

--Señorita, no se lo que es eso...-- respondió extrañada.

Casi me muero, pero mantuve mi postura y pedí otro sabor-- Banana entonces...-- hablé con desánimo, ¿Como que no había Dulce de leche?

La encargada dejo de mirarme con cara de confundida y me sirvió los sabores que pedí.

--Gracias-- dijimos las dos, y después nos retiramos.

--¿Cucurucho?.

--Es la forma de decir helado.

--¿Bochas?.

--Es la forma de decir gusto de helado.

Valentina soltó una carcajada.

--¿De que te reís?.

--Pues mira, me río por dos cosas, la primera es tu forma de hablar, y la segunda es que me acabo de dar cuanta de que con toda la confusión que le diste a la chavala, no nos pidio el dinero de los helados.

Comencé a reír yo también.

--Me debes una, por lo menos con mi "forma de hablar" no nos cobran la comida.

Entre risas las dos regresamos al auto de Valentina, le pedi que diéramos unas vueltas por la ciudad y ella no tubo ningun problema.

--¿Marchesi?-- escuché llamarme a la morocha.

--¿Que pasa Villalobos?.

--¿Puedo hacerte una pregunta?.

--Dale.

--¿Como es que tienes 19 años y ya estas buscando trabajo en otro continente?-- en algún momento tenía que hacer la pregunta clásica, no la culpaba.

--Bueno, yo termine la secundaria con 15 años, no se si acá terminarán a la misma edad que en Argentina pero allá se termina generalmente a los 18, si no repetís ningún grado.-- vi como asentía en señal de comprensión-- No es por querer hacerme la inteligente ni nada de eso, mis profesores pidieron que me salteara dos años por el hecho de que soy como una "Prodigio", por eso decidieron que me salteara segundo y tercero, y entrara directamente a cuarto, como también hicieron lo mismo en primaria, no era nada nuevo para mi, en la primaria me saltee sexto y entré a séptimo.

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