Lucía POV
--¿Se puede saber que coño haces?- pregunto la morocha que tenía en frente mío y me protestaba con el ceño fruncido.
--Hago lo que tu hermano dijo, tratar de no armar quilombo, es lo que tendrías que haber hecho vos- contesté con la frente en alto, no iba a dejar que me ganará en esto.
--Déjame decirte algo-- me agarró de el cuello de la remera y me acerco a su cara
-- vuelves a decirme que hacer, y juro que te parto la otra ceja de una ostia de la que no te olvidaras en tu puta vida-- habló escupiendo sus palabras-- ¿escuchaste cría imbecil?.Yo sólo me repetía en la mente que era el alcohol lo que estaba haciendo que Valentina me hablará de ese modo tan amenazante. Me hacía pensar que me odiaba con cada parte de su ser y yo luchaba por que las gotas saladas no se escaparan de mis ojos.
Agarre su mano y la saque suavemente de mi remera, mi exprecion era de pura indiferencia, eso quería que creyera ella.
Me di media vuelta y subi por las escaleras hasta mi pieza bajo la atenta mirada chocolate de la Española. Entre al cuarto, tome la ropa, la metí sin ver que prendas ponia en la mochila, agarre la correa de Apolo y baje al primer piso con la misma exprecion de indiferencia que tenía desde hacer 5 minutos, Valentina ya no estaba ahí, supuse que se había acostado, salí al patio, tome al cachorro y le coloque la correa, los ojos bicolor de mi fiel compañero me observaban con tristeza haciendo que mi corazón se estrujase, siempre pensé que los perros sabían exactamente como uno se sentía, pero no lo haboa comprobado hasta ese momento.
Camine con el a mi lado hasta la calle y pedí un Uber por mi teléfono, llego en 10 minutos.
--¿A donde señorita?-- pregunto la mujer que aparentaba unos 32 en el asiento del piloto.
--Departamentos Aragón por favor.
Los autos, la gente que salía o entraba a los boliches a esa hora, los perros callejeros que comían de la basura, todo eso pasaba por enfrente mío, mi cabeza estaba apoyada en la ventana y tenía a Apolo sobre mi regazo.
Unos minutos después me encontraba subiendo por el ascensor, seguía con la mirada perdida, llegue enfrente del departamento, entre despacio con la correa del perro en mi mano y la llave en la otra, deje al canino en el sofá y me metí a la pieza, cerré la puerta detrás de mi.
Tome asiento en el costado de mi cama y sólo ahi, fuera de la vista de todo ser posible, de mis amigas, de Valentina e incluyendo de mi leal mascota, me permiti abrazarme a mi misma, y llorar, llorar porque mi mente estaba demasiado descontrolada para pensar en algo más, porque mis ojos no soportaban el ardor de las lágrimas y porque necesitaba, más que nunca, un abrazo de mi mamá, unas caricias en el pelo de mi papá, una sonrisa tranquilizadora de la abuela, unas palabras profundas de el abuelo y unos chistes sin sentido de Joaquín, necesitaba estar con ellos...
Vale POV
--Mierda, ¡Mierda!, ¡MIERDA!, eres una gilipollas Valentina Villanueva, una real y auténtica gilipollas-- me decía a mi misma apretando los dientes con la mandíbula tensa y las gotas que caían de mis mejillas
-- no puedes hablarle asi, ¿como se te ocurre hablarle asi?, ella sólo quería ayudarte, ella sólo quería ayudarte y la mandaste a la mierda destrozandola--cerre los ojos fuertemente y mis puños golpearon la cama, me sentía débil, la mirada que me dio Lucía fue como si no le importase pero yo se que si, se que le destroce el alma y siento asco de mi misma por eso, y todo porque no quiero aceptar algo tan jodidamente obvio.Me gusta, me gusta Lucía, me gusta su forma de tratar a las personas, su manera de hablar que me tiene embobada, su personalidad buena y simpática o arrogante y orgullosa-- Me gusta, me gusta pero le tengo miedo a lo que siento-- "Por fin lo entiendes Valentina".
Era muy pronto para sentir algo tan fuerte, lo mejor sería disculparme con ella y tratarla bien desde ahora, claro, si ella encontraba razón para perdonarme, porque yo no la tenía.
11:00 AM, anoche luego de hablar con la latina subi las escaleras y me recoste en la cama sin ningún remordimiento, esta era la primera vez que recordaba algo luego de beber en exceso la noche anterior, la pelea con la criolla fue lo unico que se tatuo en mi mente, cada palabra hiriente que le dije.
--Valentina, ¿estas ahí?-- tocaron la puerta, era Bruno.
--Si, pasa.
--Quiero saber dos casa Valentina, la primera es ¿que le paso a la casa?
--La fiesta se salió de control.
--Luego hablaremos de eso, la segunda cosa es ¿Donde mierda esta Lucía?.
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, mis ojos se abrieron como platos, mi mandíbula se desencajo y lágrimas de desesperación recorrieron mis ojos, por Dios que estuviese bien.
Comenzamos a buscar a Lucía por toda la casa, no estaba, por ningún lado, me alivie al ver que Apolo no se encontraba allí, eso me dejaba una última posibilidad, el departamento.
Subí las escaleras hasta mi recámara, guarde todas las prendas de ropa que se encontraban en el cuarto, tome a Hades y baje al primer piso rogandole al Dios que me escuchase en ese momento el que Lucia estuviese bien.
Corri al estacionamiento y subi al carro, conduje con la radio encendida y el acelerador al fondo, necesitaba verle, saber que estaba bien, no se que haría si algo le sucediese a esa mujer que me tenia colgando en sus manos y que e tratado como a una perra todo este tiempo. Llegue al edifico, aparque el carro y subi por el ascensor mordiendo mis nudillos, entre despacio en el departamento y mis ojos se nublaron...
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Esto es lo que me imaginé cuando escribí la parte de la pelea entre Lucía y Valentina.

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ARAGON
De TodoEspaña, finales del 2019, una joven adulta rica, consentida y la futura dueña de la empresa de periodismo más grande de España es obligada a hacer algo que le cambiará la vida, ¿Para bien o para mal?. Argentina, finales del 2019, una recién graduada...