VIII "Pelea"

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Lucía POV

Abrí mis ojos sobresaltada por unos fuertes golpes que provenían de la puerta del departamento.

Valentina hizo lo mismo que yo y saco rápido sus brazos de mi alrededor.

--¡Ah!, Valentina me pegaste en una te...

--Valencitaaaa-- sonó una voz grave, la de un hombre, que venía desde afuera. Pero que apodo más feo.

Valentina se levantó con cara de pocos amigos, se fue hacia el baño y cuando regresó tenía sus ojos marrones otra vez y estaba sin su pijama.

Yo me levanté rápido de su cama y camine a mi pieza para cambiarme de ropa.

Cuando salí lo primero que me econtre fue a Valentina chapando con un pibe de ojos y cabello negros. Era el mismo chico que me atendió en el Starbucks, el no me reconoció.

La estaba tomando por la cola mientras la besaba y Valentina no se veía muy cómoda.

--Ehhh, hola-- hablé fuerte, me estaba enojando la escena.

Valentina se separó del chico y bajo la cabeza apenada, lo cual no comprendi muy bien. El pibe por su parte me contestó.

--Hola, mucho gusto, Marcos Birolo.

Ahogue una carcajada al escuchar su apellido, desgraciadamente lo noto.

--¿Te pasa algo?.

--No, no nada, ¿que onda ustedes dos, salen o que?.

--Soy el novio de Valencita-- contesto con una sonrisa de estúpido en la cara y la tomo de una forma posesiva por la cintura
--Seguro ella te contó algo sobre mi.

Mire a Valentina y está me seguía con sus ojos en el piso.

--Ah, mira vos che, que interesante, Valentina me contó mucho sobre vos.

--Pues espero que cosas buenas, ¿de donde eres?, tienes un acento extraño.

--Soy Argentina.

--Bonito lugar, fuimos con mi familia hace unos años, bueno amor, ¿nos vamos?-- le pregunto a Valentina y ella asintió.

--Adiós-- hablo Valentina.

--Chau--contesté con desánimo.

Una hora después

Tocaron la puerta otra vez interrumpiendo mi día de películas, corrí a abrir con la esperanza de que fuera Valentina pero en su lugar se encontraba Carlota en compañía de una morocha de ojos verdes obscuros.

--¡Carlota!, ¿todo bien?.

--¡Lucy!, ¿te vienes con nosotras a una feria navideña que hay a unas pocas calles de aquí?

--Me encantaría acompañarlas.

--¡Vale genial!, ella es Lidia Aguilar, mi compañera de depa.

--Un gusto Lidia.

--El gusto es mío Lucía- me sonrió, ¡y que sonrisa!.

--Vale, vamos antes de que se nos venga la hora del almuerzo.

--Pasen un rato mientras me cambio.

Las chicas pasaron y observaron atonitas el departamento.

--¿Es tuyo?- dijo Lidia que observaba el plasma.

--No, ya estaba acá cuando llegamos.

--Yo tuve que traer mi TV de la casa de mis padres en Madrid porque nisiquiera contaba con una-- hablo Lidia.

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