Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y Marvel. Solo la historia es mía.
NOTA: Negritas es ruso.
Para Gaby.
—Aunque me he acostumbrado a otra vida, ahora con estar a salvo era más que suficiente.
Eso era lo que pensaba Natasha Romanoff mientras se enfundaba en un vestido color coral para cumplir la siguiente misión, una que llevaban meses planeado mientras descansaban en Suecia. No podía nada salir mal, porque verían comprometidas sus identidades y eso les aseguraría una celda en el raft en la que Thadeus Ross esperaba ansiosamente que se pudrieran.
—¿Estás segura de esto, Nat?
A su lado, Steve Rogers se enfundaba en un traje nuevo, diseñado por T'Challa para él. Estaban acostumbrados a compartir habitación, no solo por estar reducidos de dinero o tener que esconderse en moteles baratos para no ser descubiertos, sino porque eran una pareja. Desde el momento en el que comenzaron a trabajar juntos, fue innegable la chispa que existía entre ellos. Después de unos cuantos meses entrenando juntos, Natasha no pudo evitar lanzarse a los labios de Steve Rogers, quien le correspondió gustoso. No era ningún niño y esa mujer lo excitaba más que ninguno. Además, se había enamorado de su forma de ser, cuando se permitió conocer a la mujer detrás de la máscara de la espía.
—No es algo nuevo, lo he hecho desde que inicié en este negocio.
—Justo por eso—el Capitán apretó las manos en torno a la cintura de ella—no tendrías porque hacerlo...
—Te aseguro que no será ningún problema, cariño.
La pelirroja se giró en sus brazos, besando sus labios con decisión. Eso fue suficiente para tranquilizarlo que terminó de vestirse en silencio junto a ella. En cuanto terminaron, caminaron tomados de la mano hasta donde escondían el Quinjet. Wanda y Sam ya los esperaban. El moreno alzó una ceja.
—Tardaron demasiado...¿ocupados?
—Podemos follar y trabajar, Wilson. Somos muy eficientes.
—¡NATASHA!
Steve esta visiblemente sonrojado, mientras que sus dos compañeros reían a carcajadas. Así, entre risas y chismes llegaron a Mónaco donde se encontraba el casino ilegal que debían desmantelar. Natasha sabía que era un plan relativamente sencillo, donde ella tenía que entrar a tantear el terreno, aprovechando que el cabello rubio le proporcionaba una forma extra de esconderse.
—¿Lista?
—Nací lista, Rogers.
—Cualquier cosa, no dudes en hablarnos.
—Soy una chica grande, puedo derrotar a mis propios villanos yo solita.
Sin decirles nada más, bajó las escaleras del Quinjet hasta encontrarse a la entrada del casino "L'Chatelier". Con una enorme sonrisa, le entregó la exclusiva invitación junto con el pasaporte al mayordomo que se encontraba en la entrada.
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El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.
RomanceSerie de One shots de Steve Rogers y Natasha Romanoff (Romanogers) que están basados en canciones.