Missing in Action (M.I.A.)

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no conozcan son míos. 

Para Nathie. 

Nueva York, 1944.

No eran la pareja más común, pero tampoco la más extraña. Desde afuera no se veía nada extraordinario en dos padres que caminaban con su hija por las atestadas calles de Nueva York. Solo Steve y Natasha sabían todo lo que habían tenido que sufrir para estar juntos.

—Mami, ¿podemos comprar un helado?—preguntó Eliette, tirando del vestido de su madre.

Steve sonrió al ver a su hija. Aún no se acostumbraba del todo a haberse quitado el uniforme de la armada, pero sabía que valía la pena al ver a su pequeña familia.

—Lo siento, cariño, tenemos que ir a hacer unas cosas junto a tu padre—respondió Natasha—Tal vez después de eso, solo si no es muy tarde.

—Quizá podríamos desviarnos, ¿no crees, mi amor?—intervino el soldado al ver un puchero en los labios de su hija.

Natasha frunció el ceño, tendría una seria conversación con Steve cuando llegaran a la casa acerca de mimar a Eliette en exceso.

—Extra, ¡BOMBARDEO EN FRANKFURT! ¡LAS TROPAS AMERICANAS AVANZAN CON 857 BOMBARDEROS!—gritaba un chiquillo, con varios periodicos en la mano—¡EL SITIO DE LENINGRADO HA TERMINADO! ¡EL EJÉRCITO ROJO HA RECUPERADO LA CIUDAD!

Los padres se giraron a ver a Eliette, que se había detenido al observar la alagarbía de la gente ante las noticias que gritaba el niño. Steve le pasó un brazo por los hombros a Natasha, quien había soltado un suspiro de alivio; por fin su ciudad natal quedaría libre.

—Esta por terminarse, cariño—susurró Steve a Natasha, antes de besarla—Pronto olvidaremos esta pesadilla.

Aquella pelirroja se había despedido diez años antes de su familia, a quienes no había vuelto a ver por culpa de esa maldita guerra. Tenía 22 años y el sueño de ser prima ballerina. Cuando fracasó en Moscú, su hermana la convenció de buscar fama en el otro lado del Atlántico y quizá lo logró. Su nombre había aparecido en las grandes marquesinas de la ciudad de Nueva York, haciéndose bastante conocida en el mundo de la danza.

—Mami...—Eliette interrumpió de nuevo, viendo a sus padres fijamente—Esa ciudad de la que hablaban es dónde vive la tía Lena, ¿verdad?

Eliette aún era una bebé cuando la Gran Guerra habia comenzado y su padre todavía se desempeñaba como militar, estacionado en una base en Hawai; así que siempre le habían hablado sin tapujos de la situación en la que vivían.

—Así es, mi pequeña—dijo la pelirroja con tristeza—Esperemos que ahora, con la ciudad en manos de nuestro ejército, podamos tener noticias de ella.

—¿De verdad?—los ojos de Eliette se llenaron de ilusión—¿Puedo comenzar a escribirle una carta? ¿Ahora si llegará a ella?

Steve y Natasha sonrieron ampliamente, la inocencia de su hija siempre servìa para aligerar esos momentos. Siguieron caminando por la ciudad hasta llegar a las oficinas donde el ex-soldado trabajaba. Había olvidado una serie de documentos que necesitaba entregar al día siguiente, enotnces la familia decidió convertirlo en un paseo.

—¿Crees que podremos contactarnos con Yelena?—preguntó Steve en un susurro cuando su hija se alejó al carrusel, una hora después—¿No la meterá eso en problemas?

La pelirroja apretó la mano de su esposo, ambos veían a Eliette reír junto a otros niños que jugaban allí.

—Mientras Eliette no sepa nada del trabajo de su tía, no creo que pase nada malo.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora