Encuentros y desencuentros (Desfado)

1.7K 108 23
                                    

Disclaimer: Ni los Vengadores, ni la canción me pertenecen. Solo la historia y los personajes que no reconozcan.

NOTA: TERCERA PARTE DEL AU "LA CANTANTE"

Ai que saudade que eu tenho de ter saudade. Saudades de ter alguém, que aqui está e não existe. Sentir-me triste, só por me sentir tão bem e alegre sentir-me bem, só por eu andar tão triste

Habían pasado dos años desde que Dalilah Sousa llegó a las vidas de Natalia, Steve y Dimitri. Al principio era muy difícil conseguir que la chiquilla se acercara a ellos, pues los traumas de la vida que llevó con su madre aún dejaban una marca en su corazón. A Steve Rogers le partía el alma darse cuenta que su hija no podía confiar en ellos. Deseaba con toda el alma poder haber llegado antes y sacarla de esa casa, pero fue el amor que él, Dimitri y Natasha le dieron lo que la volvió una niña confiada, alegre y positiva.

Flashback

Llevaban dos meses sin saber nada de Daniel Sousa o de Peggy Carter, por lo que los abogados que había contratado Steve podían comenzar a proceder con la demanda para que él obtuviera la tutela total de Dalilah. A pesar de que habían perdido mucho dinero en los abogados, la pareja se sentía satisfecha de saber que la niña estaría segura con ellos de por vida.

Steve había sido invitado al Colegio de Columbia a terminar sus estudios y a dar clases de arte, pues uno de sus compañeros de batalla había vuelto de la guerra y solía ser profesor en esa institución. Reconoció el talento del Capitán Rogers en los bocetos que hacía durante los tiempos muertos de la barricada, por lo que no dudo en invitarlo, pues hacían falta profesores para los jóvenes que regresaban de la guerra, ávidos de una vida nueva y en paz. Al principio no le pagan mucho, por lo que Natalia continuaba con su trabajo ayudando a Madame B en la contabilidad del Burdel, pero ya no iba. Trabajaba desde casa y se quedaba al pendiente de los chicos, además de cuidar su embarazo que parecía avanzar a pasos agigantados.

Una noche la pareja conversaba acerca de la tutela de Dalilah, cuando escucharon pequeñas pisadas avanzar desde la otra habitación que usaban como dormitorio a dónde se encontraban, en una recámara que habían improvisado como sala o estudio.

— ¿Eso que dicen es que padre y madre no volverán? — en la timidez de la voz de Dalilah se podía reconocer un dejo de alivio.

— Así es, pequeñita. Ellos no podrán hacerte daño.

— Oh... bueno. Entonces iré a hacer mis maletas.

— ¿A qué te refieres? — saltó Steve con preocupación.

— Los niños que no tienen padres deben ir al orfanato — dijo Dalilah muy segura — Y allí es donde debo ir yo.

Steve se hincó para quedar frente a ella.

— Lilah, yo soy tu papá. Tu papá de verdad. Ya te lo he explicado muchas veces.

— Pero... ¿Cómo puedes quererme aquí? ¿Cómo puede querer ella... — señalo a Natalia — que yo viva aquí? Todos decían que soy mala.

Natalia le hizo señas a Steve para que acercara a Dalilah a ella, pues su avanzado estado de gestación le impedía bajar a la posición donde ellos se encontraban.

— Dalilah — la acercó a su seno, abrazándola — En esta casa eres bienvenida, eres una niña muy amada por nosotros. Y no creas nada de lo que de dijeron, eres una niña muy buena y bonita. 

— Pero... ya tienes un hijo y otro bebé en el camino — señaló su vientre y luego a ella — Y yo... yo soy solo un estorbo.

— Basta de decir eso, mi луна — le dijo cariñosamente en ruso — Nosotros te queremos desde el primer día en que te vimos y no vamos a dejarte sola. Eso es lo que hacen los papás.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora