El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.

El amor de mi vida.

Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son mios.

Para Crismars1

Segunda parte de "Nunca al revés"

Steve no podía creer que Natasha se había ido. Parpadeó varias veces, viendo el suelo, donde los restos de una botella de vodka formaban pequeños prismáticos que proyectaban la luz. El primer pensamiento que le cruzó por la cabeza fue que tenía que limpiar aquel desastre.

—¡Joder, Natasha!

Cuando se acercó a levantar los restos de vidrio, se dio cuenta que había sangre en la alfombra. Odiaba que Natasha no se fijara en ciertas cosas, sobre todo cuando se trataba de ella, y que fuera tan tolerante a su propio dolor. ¿Qué iba a pasar ahora? Terminó de limpiar en una especie de trance, su mente daba vueltas por las palabras de su pareja.

Debes escoger entre nosotras dos.

Esas palabras le dolieron muchímos, se sentía traicionado por la pelirroja. ¿Cómo podía pedirle algo así cuando sabía que no podía hacerlo? Las cosas que sentía por cada una de ellas eran completamente diferentes, ni siquiera él las podía entender del todo. Sentía que no podía estar en esa habitación, o en esa casa, era mucho trabajo tan siquiera estar en su propio cuerpo, así que tomó su chamarra de cuero y salió de la casa.

No puedes salir corriendo cada vez que haya un problema, Nat. Las cosas siempre hay que enfrentarlas.

Arrancó, solo tenía un destino en mente. Los arranques de ira que experimentaba de vez en cuando eran uno de sus peores defectos, así que no pensaba enfrentar a Natasha de esa manera. Llegó a la casa de seguridad justo antes de que cayera la media noche y tocó la puerta con premura.

—¿Steve? ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes bien?—le preguntó Peggy, abriendo adormilada.

—Necesito hablar con alguien—dijo el soldado con honestidad—No podía pensar en alguien mejor.

Quizá era una especie de venganza contra Natasha, él no podía describirlo bien pero se convertía en una horrible sensación en la boca del estómago. Una parte de su cerebro le estaba gritando que lo correcto sería guardar silencio, respetar lo que la espía le había pedido pero ya no podía hacerlo. Mucho menos cuando Peggy se hizo a un lado, dejándolo entrar.

—¿Te preparó una taza de té?

Incluso aquella bebida tan sencilla le recordaba la pelirroja, así que negó rápidamente.

—Un café sería mejor.

—Pensé que a tu metabolismo no le hacía nada—se burló Peggy—Solías decir que ya nada te afectaba...

—Excepto tú—terminó con melancolía—pero he recobrado el gusto por cientas cosas, como el café y el alcohol.

—No me esperaba eso último—sonrió Peggy—Iré a preparar el café y hablaremos, Steve. ¡Siéntete como en tu casa!

—Es de S.H.I.E.L.D.—se quejó Steve, intentando encontrar una posición en el incómodo sofá.

—Técnicamente es nuestro, fuimos los fundadores—dijo Peggy, con una risita.

—Realmente has aceptado muy bien tu papel como directora de la organización—mencionó el soldado.

—Aprendí a vivir con lo que tenia—respondió la morena, sentándose a su lado con una taza de café—Cómo lo hicimos todos después de la guerra.

—Sé que Howard, Jarvis y tú me siguieron buscando—interrumpió Steve—Eso significa mucho para mi, nunca tendré el tiempo suficiente para agradecertelo.