El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.

Las Brujas de la Noche

Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.

Para Nathie

Natasha caminaba por la villa del brazo de sus hermanas. Aquella definitivamente era una imagen extraña, nadie pensaba que las hijas de la Bruja Mayor se mezclaran con el resto de la población.

—No me gusta que me miren—murmuró Wanda—Deberían meterse en sus propios asuntos.

—El poder que tenemos es cada vez más notorio—comentó Yelena con altivez—Espero que cada uno de ellos sepa las cosas que soy capaz de hacerles si se atreven a acercarse.

La rubia había hablado lo suficientemente alto como para que algunos curiosos las escucharon, escondiendo los rostros inmediatamente. Natasha chistó a su hermana, quien alzó el mentón sin estar dispuesta a retractarse.

—Que eso pase, no significa que haremos uso de nuestro poder de esa manera, Lena—indicó—Saben lo que padre nos han enseñado, hemos venido a hacer unas compras y ya está. No tenemos porque meternos en problemas.

—Llevas una vida muy aburrida, Natka—dijo Yelena, haciendo un puchero.

—Es lo que nos tocó vivir, levanta la cara, Wanda, no quiero que nadie vea que les tienes miedo.

Se escuchaban las voces de las personas a su alrededor. No era la primera vez que Natasha se daba cuenta que no estaban contentos con ella, pero no les daba importancia. Sabía mejor que nadie que las decisiones que se tomaban en el consejo de los sabios eran superiores a ella y a su familia.

—¿Podemos apresurarnos?—siseó Yelena, ignorando a la menor de las brujas—Si terminamos hoy tendremos la oportunidad de consegrar las hierbas a luna y empezar el ritual por la mañana.

Con determinación, las hermanas llegaron al mercado. No perderían el tiempo con personas que solo buscaban engañarlas o atraparlas. Natasha estaba preocupada, preguntándose porque estaban haciendo eso, ¿quién les había dicho que era una buena idea salir de la seguridad de su fortaleza? Ella siempre había sido la primera en obedecer las órdenes de casa, debió haber conseguido que sus hermanas hicieran lo mismo.

—Necesitamos suficientes hierbas para cuatro semanas, Barton—dijo con fiereza, encontrándose al mercader.

—Podrías aprender a decir, "por favor", ¿sabías?

—La heredera de la Reina Bruja nunca dice "por favor"—fue la respuesta de Natasha.

Clint, el joven vendedor, no hizo más que alzar ambas cejas antes de echar a reír. Conocía bastante bien a Natasha, pues se les había permitido ser amigos para aprneder acerca de los poderes del otro.

—Deberías aprender modales, ¿cómo vas a reinar así?

Natasha se mordió el labio, no iba a reinar pero nadie lo sabía. Haría lo que fuera para psar esa maldita corona a alguna de sus hermanas.

—No te metas con ella, Clint Barton—intervino Yelena–Sabes muy bien que si se encuentra alguna ofensa en tus palabras podremos enviarte a la horca, sin importar los lazos que tengan con nuestra familia.

Wanda rodó los ojos.

—Tú deberías aprender a no amenazar a la gente, si eres la consejera de Natasha...¡TERMINAREMOS EN GUERRA TODOS!

—Las hierbas, Barton—exigió Natasha—No voy a soportar un minuto más con estas dos.

Adoraba a sus hermanas, pero a veces podían ser demasiado y la hacían extrañar el tiempo que había pasado lejos, entrenando solamente con su padre. Clint pareció tener piedad de ella, extendiendo la cesta que ahora se encontraba llena de los pedidos de las chicas.