¿Con que se repara un corazón?

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel; solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

Segunda parte del shot anterior: Invitación de Bodas. 

NOTA: Negritas en ruso

Para msgabrielabueno , adeluca-bishop y GabrielaVicenteMarti

—¿Estás feliz, Natka?

El día de mi boda, había permanecido con los ojos fijos en Steve todo el tiempo. Una parte de mi esperaba que no se quedará en ese lugar, que escapara de los sentimientos que solían estar apresados en nuestros coraoznes y ahora no dejaban de salir; pero él se quedó firmemente de pie junto a James.

—¡Por supuesto que si, papá!—bailamos, como era tradicional entre padre e hija el día de su boda—¿Por qué no habría de estarlo? ¡Me casé con el amor de mi vida!

Después de ver a James sonreírme coquetamente había dado el "si, acepto". No tenía porque pensarlo, no iba a hacer de mi familia la burla rechazándolo frente al altar, ni de la suya. Además, lo quería muchísimo, era uno de mis mejores amigos. Podíamos ser felices, teníamos que serlo.

—¿Entonces? ¿Por qué te ves tan preocupada?—me preguntó de nuevo, no descansaría hasta sacar la respuesta que esperaba.

Rodé los ojos sin poder evitarlo.

—Estoy nerviosa, ¿qué esperabas? Es una gran boda...sabes que odio ser el centro de atención.

—En la escuela de ballet no lo parecía.

Le dí un suave golpe en el hombro, sin poder evitar reirme.

—¡Papá! ¡No me avergüences!

—Cariño, ese siempre ha sido mi trabajo...

—¿Puedo robarle a la novia un momento, señor Romanoff?

Incluso el día de nuestra boda, James no podía dejar de sonar travieso. Sus manos atraparon mi cintura con rapidez, haciendo que ese abrazo con mi padre fuera un poco incómodo.

—Eres toda mía, princesa rusa...

Moví la cabeza, liberando algunos rizos rojos de la trenza que sostenía el velo de novia.

—¡James! ¡Estamos en público!

Mi nuevo marido estaba intentando bajar los tirantes del vestido mientras girábamos al ritmo de la música.

—No es como si no lo hubieramos hecho en público.

—¡No frente a mis padres!—bufé.

Había otra razón por la que no quería que las cosas subiéran de tono, Steve nos seguía viendo con fijeza. Me sentía terriblemente culpable por haber escrito aquella maldita nota, pero simplemente no pude contenerme. La noche en que llegaron las invitaciones para la celebración, empecé a dudarlo todo. ¿En qué momento las líneas se habían vuelto tan borrosas? No podía amarlos a ambos de la misma manera, ¿o sí? ¿Qué estaba pasando conmigo?

—¿Te has quedado pensando en todas las cosas que te haré durante nuestra noche de bodas?

James me sacó de mis pensamientos con rapidez, volviéndome al presente. Los invitados aplaudían con fuerza pues la música había terminado aunque nosotros seguíamos balancéandonos suavemente en el centro de la pista.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora