No Pares

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

¡Feliz cumpleaños, Natasha Romanoff! 

No pares, no pares, no

No pares nunca de soñar

No pares, no pares, no

No pares nunca de soñar

No tengas miedo a volar

Vive tu vida

Natasha abrió los ojos, tratando de enfocarse en medio de la fuerte luz que emanaba desde afuera. ¿Cómo se había levantado tan tarde? Se acercó a revisar su teléfono móvil, dándose cuenta que las alarmas estaban apagadas.

—¿Qué...?

Se sentó de golpe en la cama, viendo fijamente la fecha. Era tres de Diciembre del año 2023 y no debía estar allí. Apretó las manos varias veces para poder controlarse, pues empezaba a temblar. Los recuerdos del último tiempo volvieron de golpe a su cabeza e hicieron que sus ojos se llenaran de lágrimas. El único que pareció escucharla fue su gato, quien entró corriendo a la habitación, subiéndose a la cama y frotándose contra su cara.

—Hola, Liho...gracias.

La Viuda Negra no había esperado sentirse tan emocional cuando volvió a ver al pequeño animal que había salido de un basurero y desaparecido con el chasquido de Thanos. Respiró profundamente, sintiéndose más tranquila y salió de la habitación con el gato en brazos.

—¡FELIZ CUMPLEAÑOS, MI VIDA!

Steve Rogers se encontraba en la cocina, donde parecía que una bomba acaba de explotar. Harina caía de las paredes y el techo, haciendo que la espía considerara seriamente que alguien más se encontraba en el penthouse de la pareja.

—¿Qué haces, Steve?—preguntó la espía, dejando ir a Liho.

—Te tengo una sorpresa...

Natasha alzó una ceja, intrigada. Steve se acercó a ella, abrazándola por la cintura y atrayendo sus labios a los suyos para fundirse en un beso que pronto fue creciendo en pasión, haciendo que ambos gimieran.

—¿No era el desayuno la sorpresa?—quiso saber Natasha cuando se separaron—¿O hay algo más en el horno de lo que tengamos que preocuparnos?

Steve se ruborizó, viendo el desastre en la cocina.

—No era la única. Vamos, cariño, te lo compensaré—tiró de la mano de la espía, quien refunfuñó—¡Es tu cumpleaños, Nat! ¡No vamos a quedarnos encerrados en casa todo el día!

Habían llegado a la habitación de la pareja, los amplios ventanales mostraban Central Park. Natasha suspiró, viendo hacia la ciudad frente a ella.

—No debería celebrar, Steve...no es correcto.

—Eres una heroína, Nat—dijo el soldado, girándola suavemente para que lo viera a los ojos—Lo que hayas hecho en el pasado no te define...mereces tener un buen día de cumpleaños, más que ningún otro.

—¿Y qué hay de todas las víctimas que tuve?—soltó la espía—Ellos no volvieron a tener un cumpleaños.

Steve odiaba que Natasha siguiera sintiéndose tan culpable, habían pasado muchos años e incluso la había convencido de ir a terpaia, pero ese vacío dentro de ella seguía existiendo. La tomó por los hombros, deseando que todo aquello que sentía se pudiese sacar con unos cuantos besos.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora