Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son míos.
NOTA: Negritas en ruso
Para Mena.
—¿Entonces, arañita?—quiso saber Tony—¿A dónde vamos?—el millonario vio a su compañera con suspicacia—¿Vas a matar a Rogers? ¿Obtendrás el verdadero título de Viuda Negra? ¿Podemos verlo?
La espía conducía un Quinjet donde iban todos sus compañeros, desde el famoso Iron Man hasta Bobbi Morse, a los que solo había subido en él sin decirles nada.
—No pienso matar a mi marido, Stark—siseó la Viuda, sin despegar los ojos del espacioso cielo abierto frente a ella—Aunque puedo hacerlo contigo sin ningún problema.
—Me sorprende que no lo hayas hecho hasta ahora—dijo María Hill, alzando una ceja.
—Es que me divierte—Natasha se encogió de hombros y vio al millonario—Además, no quiero meterme en problemas con Pepper.
Tony bufó ofendido, sabiendo que no conseguiría información acerca del viaje; incluso F.R.I.D.A.Y. parecía estar en su contra, ya que no le decía nada acerca de lo que planeaba la espía pelirroja.
—Es tu turno, Rogers—dijo resignado viendo al Capitán América.
Steve no prestaba atención a la discusión de sus compañeros, leyendo un viejo libro de tiras cómicas y riendo de vez en cuando. Frustrado, Tony lo zarandeó.
—¡Despierta, capipaleta! ¿Qué tal si tu esposa nos lleva a una muerte directa?
—Yo confío ciegamente en ella—dijo simplemente—Nat sabe lo que hace.
Y así era, realmente. La pareja llevaba cinco años casados, poco después del inicio de la Iniciativa Vengadores. Como todo matrimonio, habían tenido altas y bajas, sobre todo después de la Guerra Civil cuando la espía partió sin decirle a su esposo a dónde iba, después de salvarle la vida a Bucky Barnes.
—¿Dónde estuviste, cariño?
Natasha recordaba haber visto a su esposo en Santorini. Había volado sola el Quinjet que robó Mason sabiendo exactamente cuál era su destino. Los Vengadores eran unos tontos si creían que Natasha no los tenía vigilados. Corrió sin pensarlo mucho al verlo caminar por la playa.
—¡Eres pésimo para pasar desapercibido, cariño!—se río la espía.
Steve no perdió el tiempo atraparla entre sus brazos, Natasha cerró sus piernas en tornó a la cadera del Capitán, tomando sus mejillas y cubriendo su rostro de besos. Lo había extrañado demasiado, estaba harta de fingirlo. Ver a Melina y a Alexei reencontrarse, la había hecho ver lo que tenía tan cerca.
—Sabía que me encontrarías tarde o temprano—dijo el soldado, acariciando su mejilla con cariño—¿Todo estuvo bien? ¿Ross te dio muchos problemas?
—Nada que no supiese manejar—dijo la espía—Estuve en Rusia, resolviendo unas cosas, ¿tú?
—¿En Rusia?
Esta vez fue el turno de Steve de inspeccionarla, caminó con ella en brazos hacia una de las sillas de playa que tenía aquel lujoso hotel.
—No ha pasado nada...
—¿Por qué te escondiste allá?—la pregunta era mitad reclamo, mitad preocupación—¡Es demasiado riesgoso, Nat! ¡Tienes idea de todo lo que te pudo haber pasado!
La espía negó con la cabeza, no quería discutir con él acerca de eso, pero tenía que decirle la verdad.
—¡Encontré a mi familia, Steve!—dijo sin poder contener su emoción.
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El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.
RomanceSerie de One shots de Steve Rogers y Natasha Romanoff (Romanogers) que están basados en canciones.