Tu Cardigan

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Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel. Solo la historia y los personajes que no reconozcan son mios.

Para Nathie. Espero que siempre crea en el amor bonito.

Había demasiado trabajo en la base de los Vengadores, con la organización unida a S.H.I.E.L.D. y los nuevos superheroes que comenzaron a aparecer después del chasquido de Thanos. Natasha pensaba que lo mejor era concentrarse en eso y no en lo que había vivido para llegar a ese lugar, incluyendo un viaje demasiado cercano con la Muerte en Vormir, que no dejaba de aparecer en sus pesadillas.

—No pienses en eso, Romanoff—se reprendió a si misma—Es suficiente con que Steve haya insistido en que vayas a terapia como para que te vean así en el trabajo.

Sonrió inevitablemente al pensar en el Capitán América, quien se ocupaba de calentarle la cama y el corazón. Con el pensamiento de lo que le haría, presentó sus credenciales y entró directamente a la sala donde se encontraba la directora de la organización, ignorando a los nuevos reclutas.

—¿Supiste lo de Murdock?—le preguntó María Hill, apenas entró.

Natasha ladeó la cabeza, confundida. Parecía que esa reunión era para cotillear como amigas, en vez de asignarle una nueva misión.

—¿En qué problema se metió ahora?

—Va a casarse.

La Viuda Negra no pudo disimular su sorpresa. Matt había sido el primer hombre con el que había salido oficialmente, sin tener sus identidades heroícas de por medio.

—¿Quién es la desafortunada que tendrá que tolerar a Daredevil? —preguntó al recuperar la voz.
—Jennifer Walters—dijo María, sonriendo.

Esto hizo que el asombro aumentase más en la pelirroja. A decir verdad, sabia que Daredevil era un hombre bastante guapo, además de buen amante, seguramente podría tener a cualquier mujer; no se imaginaba que se quedaría con una superheroína.

—¿La prima de Hulk?

—La misma, parece que están muy Enamorados y no quieren perder más el tiempo.

—No los culpo. Al menos, no después del chasquido.

—Todos nos merecemos seguir con nuestra vida—dijo María.

Natasha sonrió de lado, pero prefería pensar en otras cosas. Lo que había pasado con Matt era cosa del pasado, no debería afectarle como lo estaba haciendo.

—¿Has Sabido algo de Sharon y los Flag Masters? —preguntó la pelirroja, cambiando el tema—Escuché que Valentina quiere enviar a los Thunderbolts y no creo que sea buena idea.

Los Vengadores originales ya no estaban en activos, se mantenían en las sombras después de decidir que merecían un descanso; pero eso no podia evitar que Natasha se sintiera atraíada al trabajo en S.H.I.E.L.D. sobre todo cuando podia usarlo para proteger a su hermana.

—¿Crees que Murdock nos invitará a la boda? —cuestionó María—hemos sido compañeros de trabajo por casi dos décadas.

—A mi no me invitará, después de todo fuimos amantes.

—Ni siquiera creo que se acuerde de eso, Tasha—se burló la directora.

—¿Estás insinuando que la Viuda Negra es una mujer que se puede olvidar? —alzó una ceja, retadora.

María tuvo el tino de parecer asustada, sin pensar que sus palabras habían llevado a Natasha al recuerdo de una misión muy lejana.

¿Todos entendieron el plan? —repasaba Clint, viendo sus anotaciones.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora