Primera cita (+18)

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Disclaimer: Los Vengadores son de Disney y de Marvel, solo los personajes que no reconozcan y la historia son mios. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Para Mena. 

Steve Rogers solamente pensaba pasar una tarde tranquila en la sala de entrenamiento. Quería hacer un pco más de ejercicio ahora que los Vengadores estaban en una especie de descanso porque no había ninguna amenaza mortal que pudiese requerirlos y él no pensaba pasarse el tiempo siendo un modelo para presumir el poderío americano como lo habían tratado de hacer cuando era niño. Con lo único que no contaba era con tener a Stark para molestarlo.

—¡DOLORES DORITO!—gritó el genio entrando a la sala—¿QUÉ HACE MI QUERIDO AMIGO?

—Estaba intentando entrenar, Tony—suspiró exasperado—¿Necesitabas algo?

El multimillonario negó con la cabeza.

—¿Por qué no vienes a tomarte algo con tus compañeros? Ya sabes, interactuar un poco, como los buenos amigos que somos.

Se sentía el olor a alcohol desde donde Steve se encontraba.

—¿Thor trajo licor desde Asgard?—adivinó.

Tony asintió con la cabeza tan rápido que se mareó, necesitando sostenerse de la pared para no caerse.

—¿Vas a venir o no, Dorito?—quiso saber Tony—¡Sam, Clint y yo ya estamos a punto de terminarlo!

—¿Thor no está tomando nada, acaso?

—¡Ya terminó su primera botella! ¡Trajo las suyas propias!

El Capitán América negó con la cabeza, pero decidió que sería una buena idea. Extrañaba a sus compañeros, pues los demás solían tener otras cosas que hacer en sus vidas además de ser Vengadores, a diferencia de él que no hacia más que ser militar. Definitivamente necesitaba conseguirse una vida.

—De acuerdo, Tony...iré con ustedes, solamente tengo que cambiarme de ropa.

—Naah—se rió Tony—¡Así está bien! ¡Nadie está arreglado para una premier de Hollywood!

El soldado negó con la cabeza, pero aceptó, dejando que el saco de boxeo se balanceara con fuerza mientras se quitaba las vendas de las manos. Tony Stark ya lo estaba llamando desde el ascensor para que se apresurara. Definitivamente era un día en el que ninguno de los Vengadores estaba haciendo nada, porque Steve había sido el último en llegar al enorme jardín colgante que había instalado Tony para que la Base fuera "ecológica". Incluso la Viuda Negra estaba en ese lugar, tomando shots de licor con María Hill y Bobbi Morse. El Capitán América alzó una ceja al verla en la habitación, porque lo último que supo de ella es que se iría a pasar unos días a Ohio, a pesar de todos su compañeros se turnaron para cuestionarla acerca de sus asuntos en ese lugar, ella solo los amenazó con matarlos, cada uno de un modo peor que al otro.

—¿Qué tanto le vez a la rojita?—preguntó Sam, visiblemente borracho—Puedo decirle a mi novia que te consiga una cita con ella, si quieres, Cap.

—¿Tu novia? ¿No es tu prometida ahora?

Steve ni siquiera se había sentado cuando sus compañeros lo estaban rodeando con diferentes tipos de cócteles hechos por Natasha, que revolvía el licor Asgardiano con todo lo que podía encontrar. Sam se rió, apoyándose en Steve para no caerse mientras veía con ojos soñadores a una morena.

—María Hill—dijo Sam Wilson—María Hill, mi novia, mi prometida, el amor de mi vida.

—Ajá, ajá—dijo Steve Rogers, riéndose—¿Eso qué tiene que ver con lo que decías?

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora