Mentiste (+18)

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Disclaimer: Ni los Vengadores ni la canción me corresponden. La historia salió de una idea que Gaby y yo tuvimos mientras charlábamos.

NOTA: CONTIENE TEMAS SENSIBLES.

NOTA 2: COSAS EN NEGRITA SON EN RUSO.

Você mentiu e eu não devia mais acreditar. Eu não devia sequer me importar. É só mais uma das suas, amor

El Capitán Rogers siempre se había caracterizado por tener el sueño ligero, desde que era niño y era despertado por las múltiples enfermedades que padecía hasta sus tiempos de guerra donde siempre debía estar listo para la acción. Y ahora que eran fugitivos de la justicia, perseguidos en más de 100 países, no podía darse el lujo de descansar y relajarse. Vivía en una casa de seguridad con Sam Wilson, Natasha Romanoff, Wanda Maximoff y Bucky Barnes. Los cuatro "Vengadores Secretos" se habían reunido poco después del desastre en el aeropuerto de Berlín, y habían decidido mantenerse unidos para evitar que los siguieran atacando. A pesar de las tensiones que crecían alrededor de ellos, su amistad se fortalecía y Steve no podía negar que sus sentimientos por cierta rusa, ahora teñida de rubia, iban cambiando. Ya no la veía simplemente como una amiga. No era ciego, ni inocente, y Natasha era la mujer más exuberante y sensual que había conocido. Poco tiempo después de que entró a trabajar con ella a S.H.I.E.L.D. habían tenido más de un encuentro sexual que había dejado a ambos satisfechos y con ganas de más, pero ella le había dejado bien claro que solo eran amigos, cosa que Steve aceptó con enfado. Ahora que las cosas habían cambiado y tenía más oportunidades de conocer a la Viuda Negra, se estaba enamorando de ella, pero creía que no era correspondido. Todos esos pensamientos, sentimientos y preocupaciones no lo dejaban dormir por las noches y hacían su sueño aún más ligero.

Así que no fue extraño que se levantara a seguir el ruido que había escuchado, sobre todo porque provenía de la recámara de su mejor amigo, el sargento Bucky Barnes, ahora conocido como el Soldado del Invierno. No vió el reloj, pero sabía que eran aproximadamente las dos de la mañana, así que abrió la puerta de su habitación pensando que tal vez su amigo necesitaba ayuda cuando la vió. Natasha Romanoff abría delicadamente la puerta de la habitación del sargento, ataviada únicamente con unas bragas y una vieja sudadera de una banda rumana que pertenecía a Bucky. Al verla vestida de esa manera, Steve no podía evitar pensar en las cosas obvias que la Viuda Negra y el Soldado del Invierno estuvieron haciendo en aquella habitación en una casa abandonada en Toledo, España. Él sabía que ellos tenían una historia escrita desde el pasado y aunque ambos juraban que era algo que no querían repetir, esa noche probaba lo contrario. Steve Rogers esperó a que Natasha entrara a su habitación para salir e irse a fumar un cigarro que tanto necesitaba en ese momento. Esperaba que la nicotina calmara un poco de los celos que lo estaban consumiendo.

Abrió una cajetilla de cigarros y se paró junto a la ventana. Encendió el primer cigarrillo y dejó que sus pensamientos se consumieran al ritmo del humo. Si cerraba los ojos podía imaginarse todas las posiciones en las que Bucky había follado a Natasha y eso solo no ea una imagen placentera o erótica, solo lograba hacerlo enojar más y más. Extrañaba estar en la base de los Vengadores o cerca del viejo gimnasio en Brooklyn donde podría haber descargado toda su ira en un costal de boxeo. Pero en ese lugar estaba únicamente acompañado de los pensamientos dolorosos que le hacia derramar lagrimas de coraje. No sabía cuanto tiempo estuvo allí, dándole vuelta a las imágenes mentales que lo hacían sentir traicionado a pesar de que Natasha Romanoff no era nada suyo. Desde niño, Steve Rogers era posesivo por naturaleza, y desde la primera vez que tuvo entre sus brazos a Natasha supo que haría hasta lo imposible porque fuera su mujer y se lo había hecho saber a Bucky, por temor de que su amigo se sintiera ofendido. Además de que sus inseguridades le jugaban siempre malas pasadas y no podía evitar sentirse inferior a James Buchanan Barnes. Iba por el tercer cigarrillo y todos estos pensamientos no se salían de su cabeza, cuando escuchó pasos por la escalera: era Natasha.

El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora