Disclaimer: Ni Natasha Romanoff, ni Steve Rogers, ni la canción me pertenecen. Solo la historia es producto de mi imaginación."Promete que serás feliz. Te ponías tan guapo al reír y así, solo así, quiero recordarte. Así, adelante. Así, vida mía, mejor será así."
La noche caía, pesada, sobre la casa del lago. Pepper Potts le había ofrecido a todos los Vengadores el quedarse allí después de los funerales de Tony Stark. Steve Rogers aún no podía conciliar la idea de que dos de las personas a las que más quería en el mundo habían muerto. Había discutido con Clint Barton la idea de hacerle un funeral a Natasha, pero este se había negado rotundamente. La Viuda Negra había nacido entre sombras y misterios, y así es como ella quería irse. Steve sabía que la rusa escribió un pequeño testamento donde dejaba todas sus posesiones y cuentas de banco a los niños Barton. Cuando lo leyó por primera vez, no pudo evitar llorar. Aún en los días más terribles de su vida, Natasha Romanoff había tenido esperanza de que sus amados sobrinos volverían y había sacrificado lo más valioso para que eso se cumpliera, su vida.
Eran pocas las cosas que Steve Rogers no podía perdonarle a la vida. Había soportado el perder a su padre antes de conocerlo, el haber nacido como un niño enfermizo y pasado los años de su infancia postrado en una cama de hospital, había soportado ver morir a su madre, consumiéndose lentamente por una enfermedad la cual, cuando él despertó del hielo, era curable; había soportado perder a su mejor amigo y cargar con la sensación de culpa por dejarlo caer al vacío; ¡Maldición! Incluso había soportado el pasar 70 años de su vida congelado, perdiendo a todos aquellos que amaba. Pero lo que perdió con el chasquido de Thanos, eso nunca podría perdonarlo. Había perdido a Tony Stark, un gran amigo, una de las personas que más respetaba y algo en él sentía que no había arreglado sus problemas del todo. Pero sobre todo, no podía perdonarle a la vida que había perdido a su compañera, a su amiga, a la mujer que amaba.
Agradeció a Pepper el gesto de permitirle quedarse en su casa mientras devolvía las gemas del infinito a sus lugares de descanso y buscaba una lugar donde quedarse. Llevaba desde el momento en que supo que Natasha no regresaría, pensando en cuál sería su siguiente paso. Y no sabía. El hombre con un plan no podía avanzar. Se recostó en la cama y cerró los ojos, trataba de descansar aunque sabía que era imposible. Últimamente dormir sin soñar se había vuelto un lujo. Poco a poco, el cansancio lo fue consumiendo.
Mientras el Capitán América dormía profundamente, una luz se acercaba tímidamente a los pies de su cama. Aquella luz era Natasha Romanoff. La Viuda Negra había recibido su último deseo de manos de la gema del alma: poder despedirse de Steve Rogers. Caminó a paso tembloroso a donde el hombre descansaba en aquella cama. Se veía tan grande en aquella cama individual, donde la cobija apenas y alcanzaba a cubrirlo. Estirado en la cama, se veía al mismo tiempo como un niño, con el rostro relajado y las pestañas largas casi tocando sus mejillas. Su cabello, levemente largo, cubría un poco su frente, la cual no presentaba las tensas arrugas que solía llevar consigo, dando la impresión de que siempre estaba preocupado. Se veía tan guapo, se veía justo como Natasha lo había visto la última noche que habían compartido juntos. La rusa quisiera poder haber detenido el tiempo el tiempo en ese momento, en un instante de tranquilidad.
Dormir juntos se había vuelto una costumbre desde sus tiempos como fugitivos de la justicia. Así alejaban a las pesadillas. O eso creían, hasta que se dieron cuenta que lo que estaba pasando es que se habían vuelto uno el sueño del otro. Paso mucho tiempo para que pudieran aceptar sus sentimientos pues Natasha tenía miedo, miedo de que se fueran a separar por los rumbos que sus vidas llevaban, miedo de ser vulnerable, miedo de amar y de exponerse. Pero poco a poco Steve fue curando esos miedos, con cariño y paciencia. Pero Thano les arruinó todo eso, el duelo los separó y los hizo fríos y duros. Se centraron tanto en buscar una solución, que olvidaron que se tenían uno al lado del otro. Y ahora que se daban cuenta de cuanto se necesitaban el uno al otro, era demasiado tarde.
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El soldado y la espía // ONE SHOTS ROMANOGERS.
RomanceSerie de One shots de Steve Rogers y Natasha Romanoff (Romanogers) que están basados en canciones.