Enid

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Pasé de mirar la botada lata vieja y oxidada en el suelo a mirar fijamente a Patrick sorprendida.

- ¡Wow!- exclamó Grimes, acercándose a nuestro lado- Eres una muy buena maestra, Enid- comentó divertido y Patrick se acomodó los lentes, bajando la mirada para no encontrarse con la mía.

- O eso o tienes un fantástico don con las armas o...(la más probable, pero no la más realista, puede ser que soy buena enseñando a manejar armas), no es la primera vez que disparas. Ni que sujetas una arma, al menos- dije y vi que sus dedos volvieron a temblar.

Patrick nos miró con ojos nerviosos. El temblor en sus dedos aumentó y dejó caer el arma. El niño a mi lado lo miró preocupado, pero yo alcé una ceja.

- Yo...

- ¿Tú qué?- lo reté.

- Es la primera vez...que disparo...creo que fue...- nos miró a ambos, aunque evitaba mirarme a mi directamente.- ... suerte de primer tiro- dijo con una sonrisa.

- ¿Suerte de primer tiro?- pregunté desconfiada.

- Enid ¿Que te pasa? Ha hecho un buen tiro para ser su primera vez, déjalo en paz- me reprendió Carl.

- Ese es el problema.- dije, traté de sonar un poco más suave- Patrick ¿Has disparado antes? Si es así, me parece maravilloso- exclamé, tal vez Patrick si era una persona interesante después de todo.

- Ni siquiera sé sujetar bien el arma- dijo y la volvió a levantar nervioso. Me la alcanzó y me miró a los ojos apenado- Yo...te ves muy bien Enid. No creo que te veas desastrosa, tú le das el toque al vestido, el vestido no le da el toque a ti...- me miró nervioso, al soltar eso de manera tan rápida-...Lo que quiero decir...

Suspiré y traté de sonreír, aunque creo que se notaba que era forzadamente. Nunca se me había dado bien esto de las relaciones y ser gentil con chicos que gustan de ti pero tú no de ellos.

- Entiendo lo que quieres decir. Gracias. ¿Tengo que tomar esto, como que te rindes de la práctica? Podría enseñarte el vaquero en vez de mi, a sujetar el arma, si quieres.- El niño revoleó los ojos y el de lentes sonrió divertido.

- No, gracias. Creo que...practicaré otro día, estar al aire libre con este clima no es lo mio...P-Pero muchas gracias, Enid...

- Okey, no pasa nada. Si quieres podemos practicar otro día y charlar después.- Patrick se alejó nervioso, no sin antes asentir con la cabeza.

Me quedé sujetando la pistola entre mis manos confundida y extrañada, mirándolo irse.

- ¡De nada, amigo!- exclamó Carl, pero él no lo escuchó lo miré divertida- Claro, solo le agradece a la chica que le gusta...

- Algo raro hay...-dije pensativa.

- Oh, no. No, no, no. Esa mirada otra vez, no. Esa mirada nos metió en todo el asunto de las donas...

- ¡Yo no te obligué a venir!- me quejé frunciendo el ceño. El niño del sombrero suspiró, parecía que no tenía ganas de discutir.

- Okey, es cierto. Solo quiero decir que no hagas ninguna...especie de "aventura" o algo así. No quiero que nos metamos en problemas...

- "Meta en problemas". No incluyas el plural, Grimes...- comenté divertida.

- Enid, cuando se te ocurre algo, yo te voy a seguir porque...- se detuvo un segundo y siguió- Porque me aburro y me necesitas. Sino todavía estarías allá con harina en el cabello y arrastrando el saco de harina- dijo con una mirada coqueta y desafiante, la mirada que siempre usaba para tratar ponerme nerviosa. Cosa que nunca lograba, pero si me divertía.

Carnid: El inicio de su historia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora