Enid

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Me recosté en mi litera con desgana. Acomodé la almohada desgastada y me tapé con las sabanas.

Miré hacia arriba, siguiendo las lineas de las grietas que atravesaban el techo, lineas que ya me sabía de memoria.

Me giré para el costado. Luego de un rato, hice una mueca y me giré incomoda, hacia el otro costado, cerrando los ojos y esperando conciliar el sueño.

Hice un suspiro exagerado y volví a removerme incomoda en la cama, hasta volver a quedar de frente. Aquello era imposible.

-¿Puedes dejar de moverte? Quiero dormir y no lo haces una tarea fácil.

Le sonreí al techo divertida. A veces, olvidaba que debajo de mi litera se encontraba el niño vaquero.

-Dormir no es una tarea.

-Enid...

-Lo sé, lo siento- me disculpé. Sé que si seguía divagando, íbamos a terminar conversando. Y el Vaquero quería dormir, no entablar una charla aburrida.
Por lo que me quedé, en la misma posición, quieta. Por un lado, porque no quería seguir fastidiando a Carl y por el otro, porque me rindo ante la idea de dormir plácidamente, siendo que hace una hora provoqué mi primera explosión arrasadora. Fue simplemente perfecta.

Pasó un minuto o dos, hasta que el silencio se vio interrumpido.

- Pss ¿Estás despierta?-susurró.
Mordí mis labios, resignada.

-No.

-Graciosa.

Volví a sonreírle al techo, divertida.

-Me preguntas si estoy despierta, cuando hace unos minutos te quejaste porque no te dejaba dormir. ¿Cómo esperas que me duerma?-hice una pausa- Mejor dicho, ¿Para qué preguntas eso? En el hipotético caso en el que esté dormida, no es como que te vaya a res...

-Ya, ya. Entendí Enid, no hace falta que molestes.

-No molesto, menciono los hechos nada más.

-...

-¿No querías dormir?-pregunté ante su silencio.

-Si, y te recuerdo que tú también. Y estás más despierta que hoy a la mañana.

- Una cosa es querer y otra es poder.

- Esa frase suena muy...

- Política. Es la típica frase que dice un político corrupto en sus discursos.

- ¿Corrupto?-repitió divertido.

-Aja. La idea era hablarte de política, así te duermes y yo me levanto, Grimes. No es para que te diviertas...

- Si te levantas, la historia se repite.

Suspiré.

Era cierto. Luego de hacer un raro intercambio de miradas con Carl, ambos quedamos sin tener que planear o decir nada, en que teníamos que hacer algo por la falta de suministros.

Peroo...

Gleen apareció y nos mandó, como un padre fastidioso, a dormir.

Tonto coreano.

Yo no veía a nadie con muchas ganas de dormir nuevamente (salvo los niños), luego de la horda. Dormir, como si solo nos hubiéramos levantado a ver la puesta de sol y nos volvamos a recostar.

La horda.

Por alguna razón, el recuerdo de aquel chico extraño, volvió a asomar en mi mente.
¿Tendrían relación ambos eventos?

Carnid: El inicio de su historia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora