Enid

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Había pasado creo que tres semanas, o cuatro, no lo sé. Sé que pasaron bastantes días, desde el día en el que me incluí en el grupo por primera vez. En esos días, no nos dejaron salir a Carl y a mi a cazar, así que me sentaba cerca de la puerta a mirar cómo Daryl, Rick, Gleen y otros que no recuerdo bien su nombre salían de excursión. Muchas de esas veces, algunos de ellos no volvían. Y una leve tristeza inundaba el ambiente, pero generalmente con Patrick, el niño del sombrero, los chistes de Daryl y la inocencia de Gleen, me divertía bastante.
Así como estaban los que me caían bien, y los que no sabía su nombres, pero que lamentablemente eran más vulnerables a ser comidos por los zombies; también estaban los que no me caían bien. Bueno, caer bien es poco para decir, los que al ver su cara, tenía que respirar profundo para no estrellarsela contra la pared.
El apocalipsis me ha vuelto una persona con muy poca paciencia y un poco violenta, solo un poco.  Pero es que la locura de Lizzie y la estupidez de algunos, ya eran insoportables. 
Esa mañana estaba sentada, viendo como otro grupo salía de expedición, Daryl lo encabezaba. Me levanté del pedazo de tronco del cual servía como banco, y fui al interior de la cárcel, dispuesta a buscar mis hachas para sacarles filo, a pesar de que Rick no me dejaba salir, eso debía cambiar. Yo no era la hija ni la familiar de nadie, sabía que hacia eso por mi bien, pero tras meses estando sola en medio de la naturaleza, ya comenzaba a extrañarla. Y me provocaba una sensación de satisfacción descargarme con los caminantes, hundiéndoles el cuchillo en la cabeza, o decapitandolos con solo tirar el hacha.
Para ir a la celda del niño del sombrero y la mía, debía pasar obviamente al lado de otras, y entre ellas estaba la de Beth. La vi sentada en una litera de abajo, estaba escribiendo en su cuaderno, Daryl y Gleen habían encontrado unos cuantos cuadernos en blanco y lapiceras para escribir. A Hershel le pareció muy útil, repartirlos para que anotemos lo que queramos. El mío todavía seguía vacío.
- ¿Ya llevas medio cuaderno?- pregunté sorprendida, mientras la miraba desde la entrada de la celda. Beth alzó la mirada hacia mi.
- Tengo mucho por escribir. ¿Tú no?- preguntó con ese tono amable que tiene.
- No, ni siquiera sé si voy a escribir. Puedo regalarte el mio, si quieres.
- Bueno, yo creo que de un modo u otro debemos descargarnos, no podemos depender de salir y matar walkers- me respondió y cerró el cuaderno, luego de terminar de escribir algo.
- ¿Así que te descargas?-pregunté, entrando a la celda.
- No siempre. Anoto lo que se me viene a la mente en el momento, anoto lo que quiero anotar- dijo y me sonrió, se hizo a un lado para que me siente.- Además, no creo que todo esto vuelva a la normalidad, pero si pasa no me puedo olvidar de escribir- agregó con otra sonrisa.
- Al menos coincidimos en que no creemos que todo vuelva a la normalidad- contesté, mirando un estante que tenía enfrente.
- Tal vez, luego sea rutinario para ti escribir, como lo es afilar cuchillos- dijo y la miré extrañada- Tienes una muy extraña  obsesión por los cuchillos para tu  edad.
- Gracias.
- No lo decía como un cumplido, pero me alegro que así lo tomes.- me respondió.
Nos quedamos unos minutos en silencio.
- ¿Se supone que cuentas algo en especial?- pregunté señalando un fichero, en el cual tenía números y al lado la palabra días.

- ¿Se supone que cuentas algo en especial?- pregunté señalando un fichero, en el cual tenía números y al lado la palabra días

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- Cuento los días sin accidentes, como puedes ver ya pasaron 30 días que no hubo muertes o heridos. Un muy bonito logro.
- ¡¿30 días?! Y yo que creía que habían pasado tres o cuatro semanas desde que vine a su grupo.- exclamé sorprendida.
- Nuestro grupo Enid, y sí, ya han pasado como dos  meses  desde que estás con nosotros. Eres familia- me sonrió y yo hice una mueca.
- Supongo...¿Por cierto estás con Zach?- pregunté, cambiando de tema, haciendo referencia al chico nuevo que había entrado hace una semana. Beth y él, habían estado bastante unidos, y creí verlos besarse esa mañana.
- Si, es lindo, no?- me dijo, pero la noté un poco melancólica- Hoy se fue con Daryl, y me pidió que me despidiera de él, porque es una misión un tanto peligrosa y no lo hice.
- ¿Por qué?
- Haberme despedido, es asumir que lo van a morder. Y no es algo que quiera, estoy con Zach, porque me gusta y eso hacemos las personas, estamos con otras y nos enamoramos. Todavía somos personas, no nos convertimos en monstruos, todavía.
Me quedé callada, pensando en las palabras de Beth.
- Por cierto, creo que tienes a Patrick en esa situación.
- ¿De que hablas?- pues no sabía a qué situación se refería.
- De que él gusta de ti, está enamorado de ti Enid, es bastante obvio. Si Judith hablará más, también te lo diría. Todo el grupo lo sabe.
- Bueno, yo no me había percatado de eso.
- Enid, tienes menos sentimentalismo amoroso que una piedra.
- No me malinterpretes Beth, es que a diferencia de ti, en lo que menos me pongo a pensar es en esas cosas. Yo creo que Patrick es simplemente amable, un poco idiota, pero amable- dije.
- Si tú lo dices...- respondió ella sacudiendo la cabeza divertida, sabiendo que el tema no daba para mucho.- Carl también piensas que es amable?
- Si, es un poco...- busqué las palabras adecuadas para definirlo-...molesto, pero es bueno.
- Pensar, que antes cuando se veían se odiaban con la mirada.
- Yo no lo odiaba tanto, me irritaba un poco, sí. Pero no lo odiaba, o sospechaba de él, como él hacia. Creía que lo iba a matar.
- Y ahora no se separan...- dijo y le tenía que dar un poco la razón. Luego de haber "pactado" ser amigos y confiar en el otro, aquel día que habíamos subido a la terraza de la cárcel a ver el amanecer, nos juntábamos casi siempre. Creo que eso era una de las mejores cosas del grupo. Me relacionaba con alguien, no es por despreciar a Patrick, que desde que había aparecido, no dejaba de hablarme y acomodarse torpemente los lentes cuando me miraba fijamente, pero estar con Carl, era bastante entretenido. Nunca hablamos del pasado del otro, sé que su madre murió y él sabe que tuve familia alguna vez, con eso nos vasta. Las personas que fuimos, seres queridos que teníamos, ya habían pasado, el ahora era el presente, lo que eramos y teníamos ahora. Así que nos entreteníamos charlando, ayudando de vez en cuando en el granero y la  huerta, jugando con Patrick, y haciéndonos bromas juntos.
- Supongo.- dije y me levanté- Iré afuera a afilar mis hachas.
- Ves? Obsesionada con los cuchillos...
- Esta vez son hachas, pero no negaré ni afirmaré esa suposición- dije y ella se rió.- Beth, Zach seguro volverá- le dije, ella asintió esperanzada.
Me fui de ahí, no sin antes echarle una última mirada al fichero, que marcaba el número 30.
...

- Enid, H-Hola- oí una voz y aparté la mirada del filo de mis hachas, para acentuarla en Patrick.
- Hola, Patrick- lo saludé.
- Emm, me preguntaba, bueno en realidad venía a consultarte si gustarías una partida de cartas conmigo. Aunque acabo de encontrar unos libros muy interesantes sobre la historia de las invenciones y avances tecnológicos- por mi mirada agregó nervioso, volviéndose a acomodar los lentes, que nunca parecían estar desacomodados- Creo que eso no te interesaría...
- No, pero nunca está de más aprender algo, después de todo, en teoría yo tendría que estar en la escuela y no afilando hachas, pero las cosas cambiaron- hice una mueca y él se rió por mi comentario.
- Entonces, puedo tomar eso, como una respuesta afirmativa.
- Si, supongo- respondí, ya no lo miraba. Me concentré en calzar adecuadamente mis hachas en el cinturón, alrededor de mi cintura.- Vamos a ver qué tal ese libro, y sino saldrá otra partida de Poker. Ya me aprendí todos los trucos y estrategias.- dije y Patrick se mostró entusiasmado, bueno creo que siempre cuando le decía que sí, se mostraba de esa forma.
Al entrar nuevamente en la cárcel, Carl nos miró sentado en el lugar dónde comíamos todos juntos. Frunció levemente la nariz pero no dijo nada. Lo saludé con la mano y le hice señas para que se uniera.
- Patrick dice que tiene un libro interesante sobre la historia de no sé que cosa...
- Sobre las invenciones y avances tecnológicos- completó éste.
- Eso que dijo. ¿Vienes?- le pregunté a Carl.
Él negó con la cabeza, luego de mirar a Patrick.
- No me gustaría interrumpir- respondió, tratando de sonar amable, pero lo noté tenso.
Me encogí de hombros y seguí caminando con Patrick a mi lado. Él se rascaba el cuello, nervioso.
Cuando se dio cuenta que lo miraba me sonrió, y volvió a acomodarse los lentes, que estaban perfectos.
Supongo, que tal vez era amable pero no tanto, supongo qué tal vez le gustaba, y supongo que eso no me interesa demasiado.


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Carnid: El inicio de su historia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora